Una exposición en Washington rastrea su labor como retratista
Nacido en Blainville, localidad próxima a Rouen, Duchamp viajó por primera vez a EE.
UU en 1915. Cuarenta años más tarde se convertiría en ciudadano norteamericano de pleno derecho, pero su producción raramente se estudia en el marco del arte de aquel país y aún hoy resulta poco conocida para el público estadounidense, según los comisarios de la muestra “Inventing Marcel Duchamp. The dynamics of potraiture”, que hasta el 2 de agosto podrá contemplarse en la National Portrait Gallery de Washington. Fue en Nueva York donde en 1913 presentaría su Desnudo bajando una escalera, recibido con polémica en el Armory Show, y donde cuatro años más tarde mostraría al mundo, bajo el pseudónimo de R. Mutt, su provocadora Fountain. Aquellas ansias de libertad creativa quiso aplicarlas también al campo más tradicional de la pintura, tratando de revolucionar el género del retrato para convertirlo en campo de representación conceptual donde experimentar con la plasmación de la identidad humana y sus múltiples facetas. Sus investigaciones en este sentido comenzaron en 1917, a raíz del hallazgo de una fotografía en la que él mismo se había retratado con anterioridad desde cinco puntos de vista diferentes gracias al uso de una bisagra-espejo. Desde 1921 volvería a fotografiarse a sí mismo como Rrose Selavy, su alter ego, cuyo nombre pronunciado en francés quiere decir Eros es la vida. Así se auto-representaría en numerosas instantáneas, transformado en mujer o en criminal de las mil caras que modifica su aspecto para huir de la legalidad. Influido por los autorretratos fotográficos de de Man Ray, Picabia, Steichen o Stieglitz, Duchamp y sus mil reflejos sirvieron también de inspiración para numerosos creadores de los años sesenta y setenta, como Andy Warhol, Sturtevant, Richard Pettibone o Jasper Johns.
Marcel Duchamp y Man Ray
Rrose Sélavy, 1921
Five-Way Portrait of Marcel Duchamp, 1917