Cuando, a comienzos de los ochenta, la música se coló en el nombre artístico de Mariano Carrera, Dis Berlin, tomado de una canción de Roxy Music, parecía inevitable que también su obra estuviese plagada de referencias a artistas no necesariamente visuales, y así fue: el cine, fundamentalmente el clásico, la publicidad, la literatura y, desde luego, la música, empezando por Bowie, han dejado huellas claras en el trabajo de este creador soriano ligado a la generación de pintores figurativos españoles que hace treinta años insuflaron en el panorama artístico de nuestro país savia nueva a base de escenas de potente expresividad, valor narrativo y una iconografía renovada.
Sobre todo en aquella década de los ochenta, coincidiendo con sus colaboraciones con Almodóvar para películas como Átame, Kika o Tacones lejanos, sus obras recordaban fotogramas fílmicos, efecto potenciado a veces por la inclusión de divisiones en los lienzos.
Con el paso del tiempo, Dis Berlin hizo su estilo algo más personal sin perder aquellas referencias iniciales: utilizó colores saturados, acentuó los contrastes entre tonalidades cálidas y frías y anuló deliberadamente la búsqueda de profundidad, aunque no la plasmación de distintos puntos de vista manteniendo esa planitud en sus pinturas.
Entre las meramente artísticas, el Surrealismo (fundamentalmente Magritte), Patinir y Corot son sus referencias más frecuentes; en lo relativo a la música, los bien conocedores de su producción recordaréis guiños a los Beatles o a Love, y en lo cinematográfico, al inevitable Walt Disney, también a Fellini y a los hermanos Coen.
En cuanto al peso de la literatura en sus trabajos, no es difícil encontrar en ellos ecos de Ovidio, de Las mil y una noches o de Borges, entre muchos otros, porque no es difícil que sus escenarios puedan evocarnos pasajes de nuestras lecturas.
Por eso en la muestra que a partir de hoy le dedica la Galería Guillermo de Osma, “Baladas de un solitario”, una treintena de obras de Carrera (pinturas y fotografías) se completan o enfrentan con textos seleccionados de Jesús Marchamalo, Germán Huici, José Carlos Llop, José María Parreño, Juan Manuel Bonet, Raul Eguizábal, Luis Alberto de Cuenca, Juan Pablo Zapater y José Mateos.
Predominan en esta exposición paisajes y escenarios interiores poblados por objetos o personas abordadas como tales, con un toque en ocasiones irónico y otras enigmático. Pese a la diversidad de sus formatos, lo que sí tienen en común unos y otros es su atmósfera silenciosa, un contrapunto al ruido, el constante movimiento, la confusión de fuera de la sala.
Para saber a qué nos referimos, podéis leer el poema de José María Parreño que acompaña esta Bahía de las meditaciones:
“Dis Berlin. Baladas de un solitario”
Galería Guillermo de Osma
c/ Claudio Coello, 4. 1º izda 28001 Madrid
Del 24 de noviembre de 2016 al 27 de enero de 2017
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