Tras cerca de dos décadas en proceso de restauración y acondicionamiento, se han retirado ya los últimos andamios que no permitían contemplar en toda su dimensión la Torre de Pisa. No obstante, en el interior del monumento continúa habiendo aparatos que monitorizan el campanario y que prueban que su torre no sólo no se tuerce, sino que se endereza cada año en cifras infinitesimales. Según los estudiosos, la tendencia continuará así en los próximos dos o tres años, pero después volverá a torcerse y en tres siglos la situación volverá a ser preocupante.
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Finaliza la restauración de la Torre de Pisa. Pisa, 14/12/2010
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