La selva negra de Íñigo Manglano-Ovalle

El artista presenta en el Museo de la Universidad de Navarra un proyecto específico

Pamplona,
Íñigo Manglano-Ovalle. The Black Forest
Íñigo Manglano-Ovalle. The Black Forest

El artista madrileño Íñigo Manglano-Ovalle es autor de instalaciones de vídeo y proyectos en los que utiliza recursos tecnológicos para presentar objetos técnicamente complejos que resultan formalmente cautivadores y conceptualmente atractivos: invitan a reflexiones profundas en torno a asuntos como el clima, la inmigración, la identidad, la política y la ciencia. La tecnología es el medio y parte del mensaje, pero este es bastante más amplio.

Hasta el próximo 20 de abril, este artista, formado en Literatura Comparada y también en el Chicago Art Institute, presenta en el Museo de la Universidad de Navarra (que ya ha cumplido su primer año) un proyecto específico: The Black Forest.

Consta de dos cubos revestidos en madera de pino radiata y carbonizadas usando una milenaria técnica japonesa de arquitectura llamada “Shou Sugi-Ban”. Este procedimiento crea un exterior carbonizado, de color negro y plateado, que es naturalmente resistente al tiempo y la descomposición. Los dos cubos, con dimensiones de 5×5, se acompañan en la exposición de unas imágenes a gran escala tomadas en el Hayedo de Quinto Real, en el norte de Navarra, que cuentan con la misma textura que el propio carbón que sale del carbonizado del pino. Su proceso de impresión se deriva también del carbón, un material que centra todo este trabajo de Manglano-Ovalle.

La propuesta se basa en el ensayo “Bauen, Denken, Wohnen” (“Construir, pensar y habitar”) del filósofo alemán Martin Heidegger y se relaciona con la cabaña del filósofo en la selva negra, así como con cuestiones como la deforestación, la naturaleza y el impacto ecológico de la cultura contemporánea. Implica una crítica tácita a nuestra relación con la naturaleza a través de la imagen del carbón y también conecta, precisamente en este sentido, con una obra de la colección de la Universidad de Navarra: un papel de Ortiz-Echagüe al carbón directo que es completamente negro, prueba no utilizada después por el fotógrafo alcarreño.

Los dos cubos, juntos, conforman una escultura, pero también una intervención arquitectónica en el espacio. La pieza apela también a las implicaciones económicas, políticas y medioambientales del carbón y juega con las nociones de ocultación y desvelamiento: al adentrarnos en la sala donde se exhibe The Black Forest solo percibimos un gran cubo antes de darnos cuenta de que hay un doble del mismo.

Santiago Olmo apunta en el catálogo del proyecto que “la instalación actúa como un dispositivo en el que se ensaya la ocultación y se invita a la acción y experiencia del espacio y del lugar para llegar a un desvelamiento que no responde al espacio exterior, sino que conduce a una iluminación interior. Es en definitiva un modelo de experiencia del autoconocimiento, en el que el doble, nuestro doble, nos acompaña como interlocutor necesario”.

 

 

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