Sorpresa e indignación ante la obra de David Cerný para la sede del Consejo de la UE en Bruselas
Durante los últimos meses, los encargos de arte público no dejan de suscitar la polémica en los medios de comunicación.
La última noticia que ha desatado la tormenta tiene que ver con la instalación encargada por la presidencia checa de la UE, para decorar la sede del Consejo en Bruselas. La pieza fue contratada con el checo David Cerný, y el artista debía ponerse de acuerdo para la concreción de la obra con un creador procedente de cada uno de los países miembros de la UE, quienes interpretarían en la instalación la esencia de sus lugares de origen. Hasta aquí, todo parece normal pero, por un lado, se ha descubierto que el único artista en participar en la creación de Entropa, ha sido el propio Cerný; mientras que, por otro, la lectura que ha realizado sobre cada uno de los estados que forman parte de la Unión Europea, no sólo no ha resultado satisfactoria, sino que, además, ha herido sensibilidades por su fuerte contenido crítico. En la instalación, donde podemos apreciar las siluetas de los distintos países, encontramos a España representada -teóricamente por el falso artista Ricardo Romeo- como un gigantesco bloque de hormigón; a Italia, como un enorme campo de fútbol; Francia aparece cubierta por un cartel de huelga; mientras que Holanda se ha hundido en el agua y sólo los alminares de las mezquitas emergen a la superficie. La obra, que ha costado 50.000 euros, ya está en exposición; ahora sólo cabe esperar a ver qué decide hacer la presidencia al respecto de esta pieza que, si bien ha indignado a muchos, también ha resultado ser para otros un fiel reflejo de la actual situación que se vive en Europa.
David Cerný
Entropa, 2008