Victor I. Stoichita
Se habla mucho últimamente del hecho que los “nuevos museos” son en si mismos la obra de arte, mas importante a veces que lo que alojan. En este contexto, el nuevo edificio de la Graphische Sammlung Albertina de Viena, inaugurado hace poco días, es algo muy especial. La Albertina es probablemente la mas importante colección de dibujos y grabados del mundo, sin ser un verdadero museo. Entre 1765, fecha de las primeras adquisiciones importantes de obra grafica realizadas por el Duque Albert von Sachsen-Teschen, y los inicios del tercer milenio se almacenaron aquí mas de 50.000 obras de maestros tales como Durero, Leonardo da Vinci, Rembrandt y Goya, además de otros comoKlimt, Picasso, Pollock, Kiefer o Baselitz.
Pero el gran reto del museo fue siempre posibilitar el acceso del publico a este patrimonio, que la luz convierte en frágil. El actual edificio, realizado tras un concurso internacional, por Friedrich Mascher y Erich Steinmayr intenta resolver este problema. Se trata de una construcción minimalista, muy acorde con el espíritu de un Alfred Loos, cuya huella es tan importante en la arquitectura de la Viena moderna. Al gran almacén, donde las obras reposan protegidas por la oscuridad, se ha añadido una gran sala de exposición, donde, en condiciones especiales de temperatura y iluminación, el publico podrá contemplar, en periodos limitados, varias selecciones representativas. Los organizadores han querido acentuar la modernidad del nuevo edificio con una bella exposición de grabados firmados por Edvard Munch, dejando para el otoño 2003 la – muy esperada – de Durero.
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Edvard Munch. Theme and Variation. Del 15 de marzo al 22 de junio de 2003.
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