El Gobierno chino concede al artista libertad vigilada y bajo fianza
Gracias a la agencia oficial china Xinhua, cuya información ha recogido AFP, acabamos de saber que las autoridades chinas han liberado al artista disidente Ai Weiwei, retenido desde el pasado 3 de abril. Su libertad, vigilada y bajo fianza, le ha sido concedida después de que el creador disidente haya confesado (probablemente bajo presión) haber cometido un delito de evasión fiscal. El Gobierno del gigante asiático cita además, como causa de su salida de prisión, la enfermedad crónica que padece.
Al parecer, Weiwei habría manifestado su voluntad de pagar los impuestos que anteriormente no ha abonado a la fiscalidad de su país (siempre según datos de la agencia Xinhua).
La producción artística y el posicionamiento político de Weiwei habían resultado siempre incómodos para el régimen chino, que ya antes de su detención había derribado su estudio en Shanghai, había cancelado exposiciones individuales del creador en el país y le había impuesto arresto domiciliario en noviembre de 2010. En una ocasión llegó incluso a sufrir agresiones por parte de agentes de la seguridad china.
Desde el mismo día de su detención, la comunidad artística (y con especial ahínco el Museo Guggenheim de Nueva York, que emprendió una campaña de recogida de firmas) no ha cesado de exigir a China su liberación.
ÚLTIMA HORA:
Según van pasando las horas, conocemos más detalles sobre la liberación de Ai Weiwei; una liberación a medias, ya que, según informa la agencia Europa Press, el artista no podrá salir de China durante al menos un año y también le ha sido prohibido hablar con la prensa y utilizar Twitter para comunicarse con sus cerca de 80.000 seguidores internacionales (medidas todas ellas ininteligibles si su detención verdaderamente se hubiese debido, como afirmaban las autoridades del país, a delitos económicos).
Weiwei podría haber pactado con sus captores estas condiciones, claramente extrajudiciales, para lograr volver a casa. Desde ahora podrá moverse “libremente” por Pekín, pero si desea salir de la ciudad tendrá que comunicarlo previamente e informar de su paradero. Tampoco podrá destruir documentos relacionados con su caso ni influir en el testimonio de otros testigos durante un año.
Pese a la buena noticia del fin de su detención, hay que recordar que tres de sus colaboradores continúan retenidos: se trata del asistente Wen Tao, el contable Hu Mingfen y el diseñador Liu Zhenggang. Según Amnistía Internacional, son ellos quienes corren más peligro al ser menos conocidos, por ello debe mantenerse la presión sobre China para que los libere.
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