Georg Baselitz regresa, ocho años después, a White Cube Bermondsey para presentar “A Confession of My Sins”, exhibición que comprende trabajos nuevos producidos durante el último año, intenso, en su estudio: pinturas a gran escala y obras sobre papel en las que este autor, ahora de 86 años, viene a examinar sus últimas seis décadas y media de trayectoria, rindiendo homenaje a sus fuentes de inspiración (de Munch a De Kooning) y repasando motivos. En varias de estas composiciones, el artista se utiliza a sí mismo y a su esposa como tema de exploración.
Un conjunto de dibujos sirven de contrapartida a las telas expuestas y remiten a los paisajes de Deutschbaselitz, un pueblo de Sajonia enclavado entre bosques y lagos ligado a su infancia.
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