La Galería Soledad Lorenzo de Madrid repasa las últimas obras de Antoni Tàpies
Desde el 3 de diciembre de 2008 hasta el 17 de enero de 2009, en la Galería Soledad Lorenzo de Madrid
Obras: 17
La producción pictórica más reciente de Tàpies es objeto de estudio en la última exposición que nos presenta la galería madrileña Soledad Lorenzo y que podremos contemplar hasta el 17 de enero.
GALERÍA SOLEDAD LORENZO
C/ Orfila, 5
Madrid (España)
Consolidando el lenguaje artístico que viene gestando desde sus inicios, en los últimos años el influyente creador barcelonés ha optado por conceder mayor presencia en sus trabajos a sus preocupaciones filosóficas y a la reflexión en torno al dolor (físico y espiritual) entendido como parte integrante de la vida, como sentimiento al que nadie puede escapar y con el que es mejor aprender a convivir para suavizar sus efectos.
Influido por el pensamiento budista y oriental y por la gran experiencia personal y creativa que le concede su larga trayectoria, el Premio Velázquez 2003 analiza el paso del tiempo desde una perspectiva distinta, fruto de un mayor autoconocimiento y de una mejor comprensión del mundo que le rodea. En piezas como Ona i cifres(2006) o Materia trossejada(2008), Tàpies remite a los orígenes del arte y de la vida, a una materia primigenia vivificada de la que todo puede hacerse. En torno a ella han reflexionado a lo largo de la historia estudiosos indios, chinos, hebreos o griegos cuando trataban de descubrir el origen del universo y del propio ser humano. El catalán nos hace entender que esa masa primordial no está constituida sólo por elementos físicos y sensibles sino también por el espacio que ocupa y a través del que adquiere una dimensión espiritual, intelectual. El propio Tàpies reconocía, en las Memorias personales que publicó en 1983, su preocupación por que aún pervivan hoy las tradicionales divisiones entre alma y cuerpo, realismo e idealismo, lo sagrado y lo profano, etc, al estar él convencido de que esos conceptos, aparentemente opuestos, se compensan entre sí y de que el artista o el poeta es el mensajero ideal para mostrar hasta que punto están imbricados lo físico y lo inmaterial para conformar la realidad total, que él llama “el vacío perfecto”. Del mismo modo, influido por Jung, el catalán llega a la conclusión de que nuestro inconsciente no es sólo el lecho donde descansan los peores instintos que albergamos, como apuntaba Freud, sino el depósito de todos los aspectos, positivos y negativos, del alma humana, de nuestras luces y sombras personales. No hay mal sin bien, ni belleza sin fealdad, ni estupidez sin inteligencia, como no hay materia sin espíritu ni alma sin cuerpo en el que habite.
Buscando plasmar en su obra la condición matérica de lo real, Tàpies se interesa, más que por la figura humana, por la representación de lo corporal, de lo carnal. Es por ello que en trabajos presentes en esta exposición, como Llit y cama(2007) o Terra amb Quatre Ulls, la materia pictórica llega a suplantar los fragmentos orgánicos figurativos. La buena forma tradicional da paso a lo frágil y lo caduco, a lo que la cultura occidental tradicional ha considerado siempre como pobre y desechable y en este punto la obra del barcelonés se considera antecedente del arte povera.
Antoni Tàpies
Asimétric, 2007
Antoni Tàpies
Quatre punts blancs, 2007
Antoni Tàpies
Llistó, 2007