El IVAM analiza las conexiones entre Torres-García y Vieira da Silva
Vieira da Silva
Marseille blanc, 1931
Del 5 de marzo al 3 de mayo de 2009, en el IVAM. Instituto Valenciano de Arte Moderno
INSTITUTO VALENCIANO DE ARTE MODERNO. IVAM.
C/ Guillem Castro, 118
Valencia (España)
Organizan: IVAM. Instituto Valenciano de Arte Moderno y el Museo Colección Berardo de Lisboa
Patrocina: Bancaja
Comisarios: Consuelo Císcar, Jean François Chougnet y Eric Corne
Obras: 148
Pese a su notable diferencia de edad y al hecho de haberse formado en ambientes y escuelas muy diferentes, entre la obra de Joaquín Torres-García (Montevideo, 1874-1949) y la de María Helena Vieira da Silva (Lisboa, 1908 – París, 1992) encontramos un estrecho diálogo que nace de una motivación común. La artista lisboeta no conoce la obra del Uruguayo hasta 1929, momento en que sus perspectivas artísticas variarán por completo, para imbuirse plenamente en la obra de Torres García, siguiendo un camino paralelo al suyo, pero no por ello exento de originalidad. La admiración fue mutua, aunque el pintor no descubre el trabajo de Vieira da Silva hasta 14 años más tarde, cuando el poeta Carmelo Arden Quin le muestra una serie de fotografías de sus lienzos, que le impresionan vivamente, como podemos comprobar en el escrito publicado en la revista Alfar, donde el uruguayo, hablando sobre la obra de Maria Helena, comenta: “Y de pronto, cuando menos se sospecha, nos sorprenden con algo que nos pasma y nos maravilla, donde arde una fe vehemente, que también es la nuestra”. A partir de entonces, y hasta la muerte de Torres-García en 1949, los dos artistas manutuvieron contacto; así podremos descubrirlo en la exposición que estos días abre sus puertas en el IVAM. Instituto Valenciano de Arte Moderno, donde a través de 148 piezas se nos ofrece la oportunidad de conocer las conexiones entre el trabajo de los dos creadores, así como su relación con algunos artistas como Kupka, Klee o Gottlieb; quienes trabajaron durante los mismos años, y en cuyos trabajos también podremos descubrir características similares a las del trabajo de Torres-García y Vieira da Silva. Un rasgo común que se vislumbra en las piezas de los dos artistas que nos ocupan es que ambos se mueven entre la abstracción y la figuración, situándose a caballo entre ambas y dando especial importancia a los detalles, a lo aparentemente trivial. Torres-García bebe de las vanguardias parisinas, viaja a Italia y a Nueva York, y sin embargo su trabajo no puede enmarcarse dentro de un movimiento artístico concreto, ya que conserva un lenguaje propio y personal -en su obra encontramos desde rasgos post-cubistas hasta estética surrealista- que, por otra parte, influyirá de manera notable en sus contemporáneos, como podremos ver a lo largo de esta exposición. Por su parte, Maria Helena Vieira da Silva nos muestra en sus piezas una genial síntesis entre lo primitivo y lo moderno -un contraste que también llama la atención en el trabajo del uruguayo-, haciendo hincapié en los aspectos estructurales de la obra, pero sin llegar a renunciar a la factura intuitiva; permaneciendo por tanto, igual que su maestro, ante las puertas de la abstracción.
Torres García
Constructif avec boussole
Vieira da Silva
Le desastre ou la guerre, 1942