Por obras de remodelación, el Real Museo de Bellas Artes de Amberes ha cerrado sus puertas al público hasta 2017 y parte de las obras de sus fondos, centrados en pintura holandesa y flamenca, pueden verse, al menos hasta esa fecha, en el llamado Museo Carlos de Amberes que la Fundación madrileña del mismo nombre inauguró ayer. Junto a las piezas de este centro belga, se exhibirán trabajos del mismo periodo prestados por el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional, Patrimonio Nacional y la Fundación Custodia, institución esta última que además colabora en la organización de la primera exhibición temporal que podremos ver en este espacio, dedicada a los desnudos de Rembrandt.
EN TORNO AL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS
El eje central de la presentación de las obras que han dado lugar al Museo Carlos de Amberes será una pieza maestra de Rubens, El Martirio de San Andrés, que forma parte de la colección de la Fundación desde sus inicios. En torno a él, retratos; pinturas de temática religiosa y mitológica, bodegones, paisajes, escenas de género y representaciones de animales a cargo de artistas como Van Dyck, Jan Brueghel, Jordaens, Cornelis de Vos, Michaelina Wautier o David Teniers introducirán al público en el arte de la escuela flamenca, con especial presencia en los fondos de museos españoles al constituir, las entonces Diecisiete Provincias de los Países Bajos, parte de la Monarquía Católica que gobernó sus territorios primero desde Bruselas y, posteriormente, a partir de 1558, desde Madrid.
Del KMSKA de Amberes proceden 21 piezas que permanecerán con seguridad en la Fundación hasta febrero del año próximo (se negocia actualmente un préstamo a más largo plazo), el Prado ha cedido una decena de pinturas de Rubens, Jordaens, Van Dyck, Brueghel el Viejo o Van Alsloot, entre otros; Patrimonio Nacional presta el tapiz Los funerales del rey Turno, tejido en Flandes en el s XVI y la BNE y la Fundación Custodia, once grabados de desnudos masculinos y femeninos de Rembrandt que no se han mostrado al público en demasiadas ocasiones dada su fragilidad.
Fernando Checa será asesor científico de este Museo, estructurado en tres salas acondicionadas con ese fin. Su apertura supone el inicio de una nueva etapa para la Fundación Carlos de Amberes, que trabaja en la formalización de otros acuerdos de préstamo de obras a largo plazo, quizá con los Reales Museos de Bellas Artes de Bruselas o el Rijksmuseum de Ámsterdam. Existe también “buena disposición” según Checa, por parte del Prado y Patrimonio, para aportar más adelante otros trabajos de sus fondos.
En definitiva, el Carlos de Amberes será un museo sin colección propia de cuya dirección se encargará la propia Fundación. Cuenta con el apoyo de la Secretaría de Estado de Cultura, que ha financiado la mejora de las salas expositivas, y de la Comunidad de Madrid, que se ha comprometido a colaborar con el centro en los próximos años.
Está prevista también la constitución, próximamente, de la Asociación de Amigos de la Fundación Carlos de Amberes.
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