La escultura gana peso en el discurso expositivo del Prado: los Habsburgo de los Leoni, en la Galería Central

Es sabido que las colecciones escultóricas del Museo del Prado cuentan con algunas de las mejores representaciones renacentistas en bronce y mármol que salieron de los talleres de Leone y Pompeo Leoni, artistas milaneses que trabajaron para la Corte española: se trata de retratos de la familia del emperador Carlos V de una calidad muy elevada en lo formal y función conmemorativa, pues pretendían perpetuar la fama de su linaje a través de la imagen plástica. Su composición deriva de los modelos grecolatinos y sus acabados destacan por su minuciosidad.

El origen de las tres representaciones en bronce de cuerpo entero de la emperatriz Isabel, su hijo el rey Felipe II y su tía María de Hungría se encuentra en la galería de retratos que María, hermana del emperador, proyectaba para su castillo de Binche, próximo a Bruselas, cuya inspiración sería, a su vez, el programa dinástico que rodeaba el sepulcro de Maximiliano de Habsburgo en Innsbruck, conservado aún in situ. Los Leoni realizaron, además, el busto en bronce de Carlos V, valiéndose de tipologías derivadas del mundo clásico, o la escultura en mármol de cuerpo entero del mismo monarca, armado, portando manto y el símbolo del águila, como si se tratara de un emperador romano.

Estas piezas han pasado a situarse en la Galería Central del Museo, cercanas, por tanto, a la obra de pintores como Tiziano -que en la misma época trabajó para la difusión de la imagen de la familia real-; se pretende así gestar un juego enriquecedor entre pintura y escultura, situándolas en un mismo plano a la hora de evocar el contexto en que surgieron y de recalcar la estrecha relación iconográfica, de indumentaria y simbólica entre las dos disciplinas.

Además, estas creaciones se han emplazado a una altura que posibilita disfrutar de los detalles de su factura y valorar la habilidad de estos artífices, especialmente detallistas. Con el fin de fomentar la integración de la escultura en el discurso expositivo (y de ubicar estas obras concretas en el que sería su entorno natural), este cambio de ubicación se suma a las nuevas instalaciones museográficas llevadas a cabo en el Patio Norte del Edificio Villanueva (Sala 58 B), con la presentación de un conjunto de dieciocho medallones anónimos, de mármol, con perfiles de diversos personajes y anteriores al siglo XV, y en la Galería Jónica norte de la primera planta del mismo edificio Villanueva, que invita al visitante a acercarse de manera más completa a esculturas desde el Antiguo Egipto al Barroco.

Imagen de la escultura de Isabel de Portugal en la Galería Central. Fotografía: © Museo Nacional del Prado
Imagen de la escultura de Isabel de Portugal en la Galería Central. Fotografía: © Museo Nacional del Prado
Imagen de la escultura de Felipe II en la Galería Central. Fotografía: © Museo Nacional del Prado
Imagen de la escultura de Felipe II en la Galería Central. Fotografía: © Museo Nacional del Prado

Comentarios