Tras su paso por la sede londinense de David Zwirner, donde pudieron verse en otoño del año pasado, una de las dos sedes neoyorquinas de esta galería, la situada en 537 West 20th Street, presenta “Raoul De Keyser: Drift”, una recopilación de veintidós pinturas que el artista realizó poco antes de su muerte en octubre de 2012.
Forman parte de una serie titulada The Last Wall y mantienen temas ya abordados por el belga a lo largo de sus casi cincuenta años de trayectoria: algunas reflejan el paisaje que rodeó la casa donde creció (Keyser vivió en Bélgica toda su vida) y otras se dedican a lo imperceptible. Como fue también habitual en su producción anterior, recurrió a la partición del plano de la imagen.
Esta selección de obras se acompaña en David Zwirner de otro conjunto de piezas que llevó a cabo desde los noventa para contextualizar esos trabajos recientes. Sutilmente sugerentes, y transitando entre lo figurativo y lo abstracto, sus pinturas presentan marcas y formas simples que invocan ilusiones espaciales y figurativas pero que no permiten dar lugar a narrativas descriptivas.
Pese a la presencia escasa o nula del gesto en su trabajo, una contemplación prolongada de la obra de De Keyser, tanto de manera individual como conjunta, transmite una intensidad visual inesperada. Implican una reflexión sobre la propia actividad de la pintura, su esencia y elementos básicos, pero también trascienden los medios físicos del género para llegar a constituirse como algo más que la suma de sus partes.
Tras la aparente simplicidad de cada una de las obras del belga se encuentra un proceso de elaboración minucioso y no breve, que no implica, no obstante, planes previos y que deja espacio a la improvisación.
Pese a la presencia escasa o nula del gesto en su trabajo, una contemplación prolongada de la obra de De Keyser transmite una intensidad visual inesperada
Muy austeras y restringidas tanto en lo material como en lo formal, las delicadas pinturas que forman parte de The Last Wall a veces se reducen a la presentación de una única línea sobre un fondo blanco, o de dos áreas monocromáticas contiguas. Utiliza sin pretensiones materiales básicos con una ligereza de toque que queda muy lejos del gesto expresivo y que surge de un enfoque nada ortodoxo sobre la superficie pictórica: sus pinceladas, densas, ofrecen una amplia gama de texturas sobre las superficies.
Entre las piezas expuestas destacan Front (1992), que se presentó por primera vez en Documenta IX, ese mismo año, o Siesta (2000): en ambas evita la presencia de un centro composicional para mostrarse favorable a una disposición no jerárquica de marcas y formas, y también de figura y fondo, plano y profundidad.
David Zwirner representa a De Keyser desde 1999 y esta es la séptima muestra individual del artista en este espacio. En 2018 el S.M.A.K de Gante le dedicará una retrospectiva.
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