El Parlamento vasco pide la dimisión de la consejera de Cultura de la Comunidad y la renovación del Consejo de administración del Museo
Tras concluir las investigaciones en torno al escándalo financiero que envuelve al Museo Guggenheim Bilbao, de las que se desprende que un desfalco y una compra errónea de dólares han ocasionado unas pérdidas aproximadas de nueve millones de euros para el principal centro vasco de arte contemporáneo, la totalidad de los grupos políticos del Parlamento de Vitoria, excepto el PNV, pidieron ayer la dimisión de la Consejera de Cultura Miren Azkarate y la renovación urgente del consejo administrativo del Guggenheim.
Se acusa a Juan María Vidarte, su actual director, de una gestión poco profesional, y a las instituciones vascas, con la consejera a la cabeza, de negligencia y dejación en el control de las cuentas de este museo, dado que no se ha realizado ninguna auditoria y que la administración del centro no era supervisada ni por el Parlamento ni por el Tribunal de Cuentas del País Vasco. Esa opacidad venía siendo criticada por la oposición desde la creación del propio Guggenheim, hace ahora 11 años, y defendida por el Gobierno de Ibarretxe como modelo de agilidad y modernización. La polémica también salpica a la futura Fundación Balenciaga: la construcción de su sede lleva un año detenida, el presupuesto destinado a ella ha crecido en un 300 % respecto a lo inicialmente previsto y a día de hoy no ha finalizado con éxito el inventario de las obras del diseñador que formarían parte de los fondos del centro. En este caso, la Diputación de Guipúzcoa ha señalado irregularidades en facturas por valor de más de 400.000 euros y, en noviembre de 2007, el gerente de la Fundación, Mariano Carnio, fue denunciado ante la Fiscalía.
Museo Guggenheim Bilbao