Hasta el próximo 5 de agosto, la sala londinense de David Zwirner nos presenta una selección de trabajos recientes de Francis Alÿs, un artista belga, mexicano de adopción, que, como sabéis, aborda con imaginación y sensibilidad poética asuntos antropológicos y geopolíticos, fijándose sobre todo en los más desfavorecidos y en episodios de vidas cotidianas a las que él concede el valor de metáforas o parábolas.
Esta es la tercera muestra individual del artista en David Zwirner y su primera exposición en una galería de la capital británica en quince años, y recoge piezas que ha realizado entre 2010 y 2015 en Ciudad Juárez y sus alrededores, plasmando su visión de esta ciudad fronteriza que fue próspera y que hoy asociamos sobre todo a drogas y narcotráfico.
México en general (él vive en su capital desde 1986) ha sido para Alÿs una fuente de inspiración constante, le ha proporcionado un ambiente rico y diverso en el que desarrollar algunas de sus acciones y obras fundamentales. Su interés por las ciudades-frontera no es nueva: desde 2004 este creador viene investigando los conflictos políticos y sociales que en torno a ellas se generan y ha desarrollado proyectos en Gibraltar, Jerusalén, la frontera tueco-armenia o el canal de Panamá.
En las obras expuestas en David Zwirner, Alÿs se ha fijado en algunas de las zonas de Ciudad Juárez más afectadas por el crimen y la violencia, no para ofrecer, ni siquiera plantear, soluciones, sino para cuestionar el papel del artista ante esas realidades. Uno de los trabajos fundamentales de la muestra es la instalación videográfica Praxis 5: Sometimes we dream as we live & sometimes we live as we dream, de 2013, que llevó a cabo en colaboración con Julien Devaux, Rafael Ortega, Alejandro Morales y Félix Blume. El título problematiza la idea de tratar de crear algo bello cuando a uno lo rodean situaciones terribles, eje del conjunto de estas propuestas.
En este vídeo, Alÿs da patadas a un balón de fútbol llameante en Ciudad Juárez, de noche. Solamente el fuego de la pelota ilumina su camino porque la ciudad está a oscuras, así que tiene que seguir golpeándolo para continuar. Pero, si nos fijamos bien, esto no es lo peor: precisamente la noche pone un velo negro a los problemas siempre presentes en esta ciudad, como la venta de drogas, la prostitución y la indiferencia de la policía, que se vislumbran sólo momentáneamente lo largo de su ruta. Como en otras obras del belga, una acción repetitiva cataliza el reconocimiento de problemas muy arraigados. La oscuridad cobra un valor similar en las estampas que componen Ciudad Juárez Postcards (2013), de estética minimalista.
Otro vídeo, Children’s Game #15: Espejos, Ciudad Juárez, México (2013), supone la continuación de una serie de piezas iniciada por Alÿs en 1999 sobre el valor simbólico y universal de los juegos de los niños del mundo. Grabó a un grupo de chavales jugando en un bloque abandonado de viviendas y utilizó fragmentos de espejos para localizar alrededor las potenciales amenazas que pueden entorpecer su juego alegre.
Acompañan a estos proyectos pinturas y dibujos relacionados con ellos, incluyendo una representación esquemática de los problemas y las aspiraciones (relacionados) de los habitantes de Ciudad Juárez.
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