El Museo Picasso de Málaga analiza la influencia de la producción del andaluz en la obra del alemán
“Kippenberger miró a Picasso”
MUSEO PICASSO MÁLAGA
c/ San Agustín, 6 29015
Málaga
Del 22 de febrero al 29 de mayo de 2011
De martes a jueves, de 10:00 a 20:00 horas
Viernes y sábado, de 10:00 a 21:00 horas
Del 22 de febrero al 29 de mayo de 2011, en el Museo Picasso de Málaga
Comisaria: Eva Meyer-Hermann, comisaria independiente
Fallecido prematuramente en Viena hace trece años, el alemán Martin Kippenberger forma parte de una generación de creadores germanos que ha tratado de abordar el papel del artista en la cultura contemporánea. A finales de la década de los ochenta residió en nuestro país y aquí creo una serie de trabajos influida de manera decidida y directa por Pablo Picasso, cuya producción ya le había atraído desde sus inicios.
El Museo Picasso presenta desde mañana su muestra más destacada hasta la fecha en España, “Kippenberger miró a Picasso”, una exhibición que nos acercará a la multidisciplinar trayectoria del de Dortmund, que cultivó disciplinas muy diversas (pintura, performance, escultura, dibujo, instalación e incluso música) desde una extraordinaria fuerza expresiva y manteniendo como constantes la ironía y la controversia, reflejo de su agitada vida personal y de su gran conocimiento de la historia del arte.
Reconocido ya en vida, sus mayores éxitos han sido póstumos y la mayor parte de sus muestras individuales han tenido lugar en museos estadounidenses.
En Málaga podremos rastrear las conexiones entre obras maestras de Picasso y de Kippenberger, quien ya desde su infancia pudo ver, colgadas en las paredes de su casa, reproducciones pictóricas de obras del genio cubista. En los trabajos del alemán son frecuentes las referencias explícitas a la obra picassiana; la más clara podremos verla en su libro “De la impresión a la expresión. Cuarto de siglo de Kippenberger”, que el artista editó con motivo de su vigésimo quinto aniversario bajo el nombre de Editorial Herederos de Pikasso (cambiando la c por la k de su inicial).
A mediados de los ochenta, el alemán realizó un cartel y una tarjeta de invitación, también expuestos en el MPM, para una muestra en Canarias. Se inspiró para la ocasión en una instantánea tomada por Douglas Duncan en 1962 en la que retrataba a Picasso en pose orgullosa. La misma imagen le serviría de inspiración para la elaboración en 1988 de las fotografías que ilustraron un calendario y de una serie de autorretratos a gran tamaño que pintó en la localidad sevillana de Carmona. Algunos de estos óleos se mostrarán también en Málaga.
A partir de los retratos fotográficos que Duncan realizó de Jacqueline Roque, la última mujer de Picasso, Kippenberger llevó a cabo su serie de óleos Jacqueline: los cuadros que Pablo ya no pudo pintar. Varios de ellos estarán presentes en la exposición. Ahondan en los difusos límites entre retrato y autorretrato, entre la identidad y la pérdida, entre lo femenino y lo masculino.
En el MPM podremos ver 55 trabajos entre pinturas de gran formato, esculturas y dibujos; 48 libros de artista y 73 carteles y tarjetas de invitación, así como textos y entrevistas en vídeo que documentan la ambivalente mirada de Kippenberger sobre el malagueño, a medio camino entre el fervor y el descreímiento. La muestra se completará con una selección de piezas de Medusa (1996), en las que el alemán llevó hasta el límite su concepción del autorretrato como representación trágica de la propia existencia. El propio artista posó, imitando las posturas de las figuras de La balsa de la medusa de Géricault, para la fotógrafa Elfie Semotan.
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