Keith Haring, la línea política

Keith Haring. Untitled, 9 de abril de 1985. Colección particular. Keith Haring Foundation

250 obras del icónico artista americano se muestran en el Musée d´ Art Moderne de la Ville de París

 

Fue un dibujante virtuoso, constante y rápido, se formó en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y su muerte temprana limitó su producción pero no su eco: sus trabajos se han expuesto junto a obras de Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, Roy Lichtenstein, Robert Rauschenberg, Jenny Holzer o Daniel Buren en museos y bienales de todo el mundo y él mismo ha quedado ya convertido en un icono pop.

 

El Musée d´ Art Moderne de la Ville de París abre al público mañana una gran retrospectiva (quizá la más amplia hasta la fecha) dedicada a Keith Haring, una muestra que contará con aproximadamente 250 obras realizadas sobre lienzo o lona o sobre las paredes del metro neoyorquino y que incidirá en la naturaleza política de sus trabajos, en los mensajes ideológicos que expresó a través de ellos y en las repercusiones que aquel legado tuvo sobre la sociedad de su tiempo y sobre artistas posteriores.

 

Keith Haring. Untiltled, 1982. Cortesía de la Keith Haring Foundation y la Gladstone Gallery de Nueva York y Bruselas

Era conocido que Haring trabajaba mientras escuchaba música, en procesos rápidos y viscerales y empleando todos los recursos y medios expresivos de los que dispuso en los ochenta. Sus personajes, delimitados por una línea continua, se reducen a contornos simplificados al máximo y están desprovistos de cualquier individualidad, resultan fácilmente copiables e intercambiables, accesibles en definitiva. Buena parte de sus obras se comercializaron en la célebre Pop Shop que abrió en 1985 (en 2005 la tienda física cerró para trasladarse a Internet), pero el creador estadounidense supo aunar esa vertiente comercial inherente a su producción con la transmisión de mensajes ligados a la justicia social, a la libertad y al poder de la libertad individual que le convirtieron en un artista subversivo y comprometido para algunos y en un joven idealista deseoso de cambiar el mundo para otros (no es casual que a su muerte dejará una fundación, aún en funcionamiento con su nombre, de atención a niños y enfermos).

 

Keith Haring. Untitled, 1982. BvB, colección Ginebra. Keith Haring Foundation

El hecho de emplear deliberadamente calles y espacios públicos como soporte formaba parte ya de su voluntad de transgredir límites y de dar un sentido y una finalidad a sus trabajos, pero también manifestó posturas abiertamente contrarias a toda violencia e injusticia, al apartheid en Sudáfrica, a la homofobia o a proyectos que pudieran dañar el medio ambiente. Esa visión crítica de los males de su tiempo será el eje de esta exhibición que hasta agosto podemos ver en París, ciudad donde Haring trabajó en vida y por la que manifestó un especial cariño.