El Centre Pompidou acoge la primera retrospectiva del expresionista ruso en veinticinco años
Kandinsky
Lyrisches, 1911
Del 8 de abril al 10 de agosto de 2009, en el Centre Pompidou de París
Obras: un centenar
Organizada por: Centre Pompidou, Städtische Galerie im Lenbachhaus de Munich y Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York
Una selección de un centenar de obras realizadas por Kandinsky entre 1907 y 1942, representativas de todas sus etapas creativas (en París, Múnich, Moscú, Weimar, Dessau y Berlín) y procedentes de instituciones públicas y colecciones privadas de todo el mundo, componen “Kandinsky”, gran retrospectiva que el Centre Pompidou presenta hasta el 10 de agosto y que será la primera dedicada al artista moscovita en los últimos veinticinco años.
CENTRE POMPIDOU
Place Georges-Pompidou
París
Las piezas expuestas, todas ellas de gran formato, se dispondrán en orden cronológico y se completarán con un conjunto de acuarelas y manuscritos del periodo ruso de Kandinsky (1914-1917) que se han incorporado recientemente a los fondos que el Pompidou posee de este pintor, al que dedicó también una muestra antológica en 1984.
Nacionalizado francés en 1939, Kandinsky estudió Derecho, Economía y Política en la Universidad de Moscú pero su fuerte vocación artística le llevó a dedicarse a la pintura muy tempranamente. Formado en la Academia de Munich junto al secesionista Franz von Stuck, fundó en 1901 Phalanx, asociación de creadores independientes. Posteriormente viajaría por Túnez, Italia, Francia y Holanda, países estos últimos en los que mostró su obra con frecuencia, en una fase de su trayectoria en la que pesaban especialmente en su producción la influencia del Art Nouveau, del folclore popular ruso que conoció en su infancia y del vivaz colorido fauvista. Representativa de esta etapa es la obra que inicia la exposición, La vie mélangée, que Kandinsky pintó en Sèvres y mostró en el Salón de Otoño de 1907. A partir de 1908, el artista alternaría sus estancias en Munich y Murnau y se convertiría en figura central, junto a Macke, Jawlensky y Marc, del grupo “Neue Küstlervereinigung”, que daría lugar en 1911 a la formación del movimiento expresionista encarnado por Der Blaue Reiter. De dicha etapa se mostrarán en París un buen número de sus conocidas Improvisaciones, en las que avanza lentamente hacia la abstracción independizando el protagonismo del color respecto al objeto y dejándose influir por procedimientos propios de la composición de obras musicales. Convencido de que la creación artística se relaciona más estrechamente con lo espiritual que con lo material, intentó entonces Kandinsky que formas y tonalidades lograsen expresar por sí mismas emociones. Lo vemos en piezas como Traits Nors (1913) o Fugue (1914).
Tras el estallido de la I Guerra Mundial, volvió a Rusia, donde se dedicó a la enseñanza y a la dirección cultural de diversos museos estatales, pero ante la creciente radicalización del régimen soviético decidió regresar a Alemania en 1921 e integrarse en la Escuela Bauhaus. En aquel periodo residió en Weimar, Dessau y Berlín y emprendió el camino de la abstracción geométrica, imprimiendo mayor racionalidad a sus trabajos, en la línea de Malevich, pero sin prescindir de su característico dinamismo. Tras el cierre de la Bauhaus en 1933, Kandinsky se trasladó a París para empaparse intensamente de la actividad cultural de la capital francesa. Sin perder el cuidado minucioso de las composiciones que marcó su trayectoria, introdujo en sus pinturas rasgos biomórficos y una mayor flexibilidad (Courbe dominante, 1936). Cierran la exposición, que a partir del 18 de septiembre se mostrará en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, las tres grandes tablas que configuran Accord reciproque (1942).
Kandinsky
Der blaue Berg, 1908-1909
Kandinsky
Groupement, 1937