Jules de Balincourt, entre el caos y la armonía

Las pinturas recientes del francés se exhiben en la sede parisina de Thaddaeus Ropac

A partir de mañana, y hasta el próximo 2 de julio, la galería parisina Thaddaeus Ropac acoge la segunda muestra individual en sus salas de Jules de Balincourt, artista francés afincado en Nueva York que, en esta ocasión, exhibe en la capital gala pinturas recientes a medio camino entre lo abstracto y lo figurativo.

Sus trabajos pueden interpretarse siempre en diversos niveles: constituyen a veces puntos de encuentro, en otras ocasiones, invitaciones para escapar, moviéndose entre la utopía y la distopía pura. Balincourt juega con el espacio, haciendo intencionado hincapié en los detalles que más le interesan del mismo modo que un turista que viaja por un mundo globalizado plasma sus debilidades o preocupaciones intelectuales en sus propias fotografías.

Interesado en las propiedades físicas o metafísicas de las imágenes que nos rodean y en la influencia que la cultura visual moderna ejerce en nuestras vidas, Balincourt dota en sus pinturas de una coherencia nueva a nuestro contexto político, social o religioso, llamando la atención sobre sus paradojas.

El artista galo nunca emplea ni dibujos ni fotografías, sólo lienzos en blanco que ofrecen fragmentos de realidades dispares.

Nacido en París en 1972, Balincourt se trasladó a Estados Unidos con su familia en la década de los ochenta y en 1998 se graduó en la Escuela de Artes de San Francisco. Actualmente su obra puede contemplarse en el Garage moscovita y en 2010 protagonizó una muestra individual en el Mori Art Museum de Tokio. Próximamente expondrá en el Bellas Artes de Montral.

Su producción forma parte de las colecciones del LACMA, el Brooklyn Museum y el MAMCO de Trento.

Jules de Balincourt. Bang Big, 2011

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