Joseph Beuys, verde y espiritual

El Museo Helga de Alvear celebra el centenario de su nacimiento

Cáceres,

En el caso de Joseph Beuys, no hubo fronteras entre producción plástica y pensamiento y sus modos de mirar y hacer siempre tuvieron que ver con la realidad plural de la sociedad de su tiempo y con una naturaleza por cuya sostenibilidad se preocupó antes que casi todos (cofundó el Partido Verde alemán y militó varios años en él). Nacido en Krefeld en una familia de origen holandés, tuvo una formación académica y se interesó pronto por las ciencias naturales y la religión, asuntos ambos a las que prestó especial atención a lo largo de su trayectoria. Confiaba, asimismo, profundamente en el ser humano y suyo es el lema “Todo hombre es un artista”, entendiendo que la capacidad de acceder al arte sin “explicaciones” es una cualidad que cualquiera posee y que todos somos, además, posibles creadores. También cuestionó la educación oficial y reivindicó la importancia de la conversación como herramienta para la generación de pensamiento.

Las obras de arte eran para él tan efímeras como la vida, por eso nunca pretendió crear trabajos para la eternidad, sino ofrecer impulsos para la reflexión, siendo sus materiales predilectos la grasa y el fieltro. Como otros intelectuales de la Alemania de posguerra, investigó sobre filosofía, alquimia, chamanismo y antroposofía, acercándose al pensamiento de Rudolf Steiner y Martin Heidegger y a artistas como Marcel Duchamp.

Este año se ha cumplido un siglo desde su nacimiento y, coincidiendo con la efeméride, el Museo Helga de Alvear cacereño le dedica la muestra “Joseph Beuys. Antecedentes, coincidencias e influencias”, que ha comisariado José María Viñuela y que reúne casi medio centenar de proyectos de este autor y de otros artistas que le fueron cercanos (discípulos o amigos), junto a material documental y audiovisual que nos permite profundizar en su contexto creativo y en su labor como activista, profesor, chamán y, desde luego, como artífice preocupado por suscitar a partir de sus trabajos experiencias tan intelectuales como estéticas.

Vista de la exposición ""Joseph Beuys. Antecedentes, coincidencias e influencias". Museo Helga de Alvear. Fotografía: Lorenzo Cordero
Vista de la exposición “Joseph Beuys. Antecedentes, coincidencias e influencias”. Museo Helga de Alvear. Fotografía: Lorenzo Cordero

Todas las obras expuestas proceden de los fondos de la galerista y el recorrido en que se articulan nos acerca, en un primer momento, a su etapa de formación y sus creaciones tempranas para después sumergirnos en la relevancia de su prolongada labor docente y en el impacto que esta tendría en una generación posterior de artistas que marcaría los caminos del arte en Alemania, y en ocasiones también en Europa, en la segunda mitad del siglo pasado. Dos notas se revelan fundamentales para comprender sus propuestas: de un lado, la presencia constante de la metáfora; de otro, la relevancia de su impactante imagen escénica, como hombre de acción, en la expresividad y el alcance público de sus performances.

Al igual que defendió la capacidad de todo individuo de crear y, en ese sentido, de que el arte podía expresarse solo desde una perspectiva antropológica, creyó Beuys en el potencial de la creación a la hora de transformar la sociedad y, por tanto, en que el artista debía implicarse en los avances sociales, económicos y culturales. Happenings y conferencias fueron sus caminos para dirigirse más explícitamente al espectador y al mundo, mientras que en su obra estrictamente plástica volcó el peso de su experiencia vital en la posguerra alemana, contexto ante el que adopta y comunica una postura ética y política.

Entre las piezas que inician esta antología encontraremos los documentales Muestra tu herida, arte y espiritualidad de Sünner y Todo hombre es un artista de Werner Krüger; este último se ha subtitulado en castellano por primera vez para esta ocasión y ambos nos ofrecen una primera inmersión en la figura de Beuys, junto a fotografías de intelectuales significativos en su trayectoria vital y creativa, como el filósofo Rudolf Steiner o el escultor Ewald Mataré. También veremos el registro de una de sus performances más celebradas, I like America and America likes me (1974), con la que se presentó a sí mismo ante la crítica estadounidense como chamán que convivía junto a un coyote (vivo).

A continuación una extensa selección de imágenes de Krüger, amigo muy cercano al artista, nos aproxima a sus relaciones con creadores ligados a la escena de Düsseldorf en aquellos años, al movimiento Fluxus o al arte povera, figuras con quienes mantuvo amistades y enemistades. Apreciaron los ecos hondos de su labor Nam June Paik, pionero del videoarte que le brindó un retrato como homenaje; el belga Marcel Broodthaers o Klaus Rinke, quien colaboró con él más de una vez. Remando a su favor o en su contra, en cualquier caso, no fueron pocos los artistas que contribuyeron a fraguar nuestra imagen de Beuys hoy.

Obras de Nam June Paik en "Joseph Beuys. Antecedentes, coincidencias e influencias". Museo Helga de Alvear. Fotografía: Lorenzo Cordero
Obras de Nam June Paik en “Joseph Beuys. Antecedentes, coincidencias e influencias”. Museo Helga de Alvear. Fotografía: Lorenzo Cordero

Esta exhibición subraya, igualmente, su labor como catalizador de los autores formados en la Academia de Arte de aquella ciudad Düsseldorf, donde como profesor desafió convenciones al fomentar el debate y las experiencias compartidas, más que tratar de transmitir conocimientos concretos, como él mismo explicó: Podían aprender todo lo que quisieran de mí. Naturalmente. Pero yo pienso que no podían aprender nada de forma global, sino cada uno aquello que de forma natural llevaba consigo. Tampoco me preocupaba de adoctrinarlos sobre lo que era o es mi idea del arte. Al contrario, siempre indagué en las posibilidades de cada uno. Este es el motivo por el que salieron de mi academia alumnos tan diferentes.

El Museo Helga de Alvear incide en los guiños a su legado en trabajos de Lothar Baumgarten, Imi Knoebel, Gerhard Richter o Katharina Sieverding; además, podemos contemplar la materialización, por primera vez en España, de una pintura mural que Blinky Palermo ideó antes de morir prematuramente, Proyecto para una pared (1970); las claves para interpretarla podemos encontrarlas nuevamente en Beuys: En un contexto acotado establecía un orden, activándolo; en su propia casa o en un entorno cualquiera, como el museo, por ejemplo, o sencillamente con colores sobre un muro, dispone algunos elementos como estructuras y volúmenes situándolos en un espacio que concibe para hacernos sentir cómo imagina la organización de un mundo realizado a partir del arte.

Katharina Sieverding. Stauffenberg-Block VIII XVI, 1969 y Nachtmen sch, 1982. Fotografía: Lorenzo Cordero
Katharina Sieverding. Stauffenberg-Block VIII XVI, 1969 y Nachtmensch, 1982. Fotografía: Lorenzo Cordero

Entre las obras propias del alemán que podemos contemplar ahora en Cáceres destacan instalaciones realizadas con elementos clave de su lenguaje plástico, como Fold, ejecutada con cobre, pintura y fieltro o Ohne titel, que consta de piedras, cuerda y una batería eléctrica sulfatada; ambas datan de los sesenta y se exhiben en vitrinas similares a las que utilizaban para exponerlas los museos alemanes. También su Angelus, creado con una prensa de rodillos con fieltro y planchas de cobre o las imágenes que testimonian sus acciones en la Galería Schmela, cuya actividad fue fundamental en la Alemania de posguerra.

Joseph Beuys. Ohne titel, 1962. Fotografía: Lorenzo Cordero
Joseph Beuys. Ohne titel, 1962. Fotografía: Lorenzo Cordero

 

 

“Joseph Beuys. Antecedentes, coincidencias e influencias”

MUSEO HELGA DE ALVEAR

c/ Pizarro, 10

Cáceres

Del 25 de noviembre de 2021 a mayo de 2022

 

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