José Manaut Viglietti nació en la localidad valenciana de Lliria en el año clave de 1898 y su pertenencia a una familia con inquietudes culturales le permitió formarse en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y, años más tarde, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
En los años veinte sería pensionado en la Residencia nacional de paisajistas, que estaba ubicada en el Monasterio del Paular de Rascafría y, a continuación, obtuvo una beca que le permitió viajar a Francia, Bélgica y Holanda y extender su conocimiento sobre el impresionismo y el resto de vanguardias (también sobre Vermeer, Rembrandt o Hals); residió, de hecho, hasta 1927 en Francia y pudo protagonizar varias exposiciones en los salones de París.
A su regreso a España, conjugó sus labores como artista con la enseñanza del dibujo, la teorización de la historia del arte y las actividades políticas, hasta su fallecimiento en 1971.
Estrechamente relacionado con Joaquín Sorolla, que influyó de forma determinante en sus métodos de trabajo, y discípulo de Cecilio Pla, igualmente valenciano y autor de una obra fundamentalmente diversa, deudora también de la luz mediterránea, Manaut es objeto de una retrospectiva en el Museo del Realismo Español Contemporáneo. MUREC de Almería.


Bajo el comisariado de Javier Pérez Rojas y David Gutiérrez Pulido, nos invita esta antología a revisar las claves de su lenguaje, propio pero determinado por su conocimiento vasto de la pintura europea: riguroso en el dibujo, sensible y luminoso, atento a la figura humana y también al paisaje mediterráneo.
Los dos polos fundamentales de influencia para el valenciano, al margen de su periplo internacional, fueron el Museo del Prado y su admirado Sorolla. En la pinacoteca, desde su llegada a Madrid en 1919, realizó numerosas copias de los maestros (a El Greco lo estudió, además, en Toledo). En cuanto a Sorolla, fue su profesor en San Fernando y sabemos que, además, lo recibía en su estudio y le regaló consejos que le serían muy útiles, entre ellos, justamente, el de conceder una importancia vital al dibujo.
Abierto a cualquier oportunidad para ampliar conocimientos, Manaut visitó igualmente a Mariano Benlliure y se acercó con frecuencia a la Biblioteca Nacional para analizar obras ilustrativas del Quijote y trabajos de Muñoz Degrain, planteando comparaciones entre su producción y la de El Greco.
En París no dejó de dibujar tipos parisinos, sobre todo mujeres, incluso en las páginas de sus cuadernos, en hojas sueltas o pequeños trozos de papel: captaba con agilidad sus impresiones y su visión de los espacios públicos, en ese caso muy franceses, como jardines, cafés o teatros. De vuelta a nuestro país, una de las localidades que más le interesó fue Ronda; de sus viajes dio cuenta en diarios, donde además escribía descripciones interesantes de lo pintado.
La exhibición puede visitarse hasta el próximo 1 de febrero.



“José Manaut. Del impresionismo al expresionismo”
MUSEO DEL REALISMO ESPAÑOL CONTEMPORÁNEO. MUREC
Paseo de San Luis, s/n
Almería
Del 31 de octubre de 2025 al 1 de febrero de 2026
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