Este verano, la galería madrileña Albarrán Bourdais dará un respiro a su actividad expositiva en la capital, pero no a sus propuestas en Teruel, donde el pasado 15 de junio inauguró su Solo Sculpture Trail, un parque de esculturas al aire libre que alberga obras de arte y nuevas producciones creadas específicamente en diálogo con el paisaje de Matarraña, y en su sede en Menorca.
En este último espacio podemos visitar su primera exhibición dedicada al mexicano José Dávila, “Ensayo de permanencia”, que consta de pinturas y esculturas recientes, algunas de éstas últimas elaboradas con materiales locales de la isla y vinculadas la mayoría a sus estudios sobre conceptos como el equilibrio, la gravedad, la fragilidad estructural y la arquitectura de la resistencia.
Dávila se formó en primer lugar como arquitecto, de ahí que haya buscado invocar continuamente el origen bidimensional de sus creaciones y transponer los principios fundamentales del dibujo y la construcción al espacio tridimensional, poniendo de relieve los mecanismos físicos que posibilitan a los objetos sostenerse y ocupar un lugar en un determinado entorno.
Su punto de partida, y de ahí lo adecuado de la presentación de esta muestra en Menorca, han sido las estructuras megalíticas — como las talayóticas— que concibe como gestos primarios de ocupación del territorio y de observación del cosmos, de relación humana con la materia.

Contemplaremos en primer lugar, en la planta baja, la serie Inquietud fundamental, compuesta por esculturas que recuerdan el acto ancestral de situar objetos, como una piedra, en el espacio. Basándose en combinaciones de fuerzas en apariencia contradictorias, plantea casos de equilibrio inestable en los que la gravedad define y crea formas. Explica Sacha Craddock, en este sentido, que las obras de Dávila brotan del trabajo con el contrapeso y que no esconden el mecanismo que las sustenta, y por tanto, la tensión entre lo estable y lo precario, lo resistente y lo frágil.
Además de con nuestros ancestros, se relacionan con desarrollos formales del minimalismo y el arte conceptual: reinterpreta materiales corrientes (cemento, piedra, acero), para concederles nuevos significados derivados de la interacción con el espacio. Otro de ellos es el marés, la piedra local de Menorca, que le sirve para subrayar los lazos entre material, contexto y memoria y asociar su peso simbólico con el físico.

Veremos igualmente pinturas de su serie Fragmentaciones del espacio interior, ejecutadas sobre lienzos de lino crudo. Enmarcó Dávila en ellas negativos de formas geométricas primarias (círculos, cuadrados, triángulos) delimitados por aplicaciones de pigmento blanco. El contraste entre el trazo orgánico y gestual y la estructura geométrica sugiere reflexiones sobre los procesos de construcción de significado desde recursos como la repetición, la variación y la interpretación y se incide también en la riqueza de esos espacios interiores, incluso en un sentido metafórico.

Suspendido en el patio central, apreciaremos el móvil Homenaje al cuadrado, que desde su mismo título rinde tributo a Josef Albers. Está formado por cuadrados concéntricos divididos en gamas de gris azuloso y naranja, reinterpretando las indagaciones cromáticas del que fue profesor del Black Mountain College y llevando sus estudios bidimensionales a un cuerpo tridimensional en movimiento constante.
Forma parte de una serie de móviles que el mexicano ha elaborado en proyectos recientes, como su exposición en el Gunma Museum of Modern Art japonés, donde abordó la relatividad de la percepción, la gravedad y el tiempo como materia escultórica.
Por último, ya en la segunda planta, contemplaremos otra instalación suspendida creada con piedras de río, un tronco de madera y una viga pintada, que esbozan en conjunto una coreografía silenciosa de fuerzas contrapuestas. La disposición de cada uno de esos elementos, tensados en el aire, apunta a una temporalidad suspendida, un estado de transformación latente con connotaciones, otra vez, simbólicas sobre lo vulnerable de nuestra relación con el medio natural.
La de Menorca no es la única muestra que Dávila protagoniza este verano. Le dedica una retrospectiva el Museo de Arte de Zapopán (Guadalajara, México); también expone en Desert X, en Coachella, y forma parte del recorrido del citado Solo Sculpture Trail.

José Dávila. “Ensayo de permanencia”
Carrer d´en Deià, 51
Mahón
Del 6 de junio al 18 de octubre de 2025
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