Cuando dos fuerzas en conflicto ceden, abandonan posiciones, se da un instante de neutralidad aparente dominado por el equilibrio y el balance en el que todas las posibilidades se abren de nuevo y a la vez. A ese momento indeterminado y poético dedica el artista mexicano José Dávila su proyecto “Actos tectónicos de duda y deseo”, que presenta hasta el 30 de abril la sede madrileña de la Galería Travesía Cuatro y que se compone de esculturas recientes concebidas específicamente para el espacio de esta sala, que representa a Dávila desde hace ya una década.
Aprovechando sus conocimientos técnicos sobre las posibilidades y eficacia de los materiales, este autor ha decidido no potenciarlos sino despojarlos de sentido y convertirlos en entidades sin utilidad, en herramientas estructurales (industriales o cotidianas y simples hasta remitir al Arte Povera) que no se emplean con más intención que la únicamente poética.
Dávila ha aludido en ocasiones a la lucha constante de la arquitectura contra las consecuencias de la gravedad a través de materiales empleados en la construcción que en sus trabajos dan lugar a frágiles sistemas sin profundidad que parecen estar a punto de fracturarse y de ocasionar, por tanto, la interrupción de las relaciones de fuerza y las estructuras de tensión que les confieren autonomía y que son su razón de ser. Como espectadores, al contemplarlas nos vemos obligados a reflexionar sobre el significado de lo escultórico y sobre lo que entendemos por experiencia arquitectónica, pues aquí no sabemos si existe barrera que delimite el contenido del contenedor; el espacio se ha expandido a través de transparencias y reflejos.
Ya Rosalind Krauss explicaba que las estructuras axiomáticas, derivadas de la fusión de la arquitectura con la no-arquitectura, necesitan la introducción de formas ajenas que rechazan toda incorporación funcional y que cuentan con una presencia propia.
La pintura también tiene su sitio: el carácter pictórico de los cinchos que Dávila utiliza contrasta con las placas y despliega en la galería un conjunto de líneas referenciales que llaman nuestra atención sobre la delicada comunicación entre las superficies y sus correspondientes puntos de apoyo.
En el lenguaje del artista mexicano, próximo al Minimalismo, la naturaleza de los objetos se expresa de forma críptica y sus esculturas se nos presentan como piezas a medio camino entre la permanencia y la inminente destrucción.
Fundador de la Oficina para Proyectos de Arte (OPA) de la ciudad mexicana de Guadalajara, Dávila ha basado su producción en el estudio de las relaciones entre ficción y lugar, entre espacio y tiempo, con la arquitectura como herramienta de sus investigaciones (en ella se formó).
Autor de esculturas, instalaciones, dibujos y fotografías, viene mostrando su obra con regularidad en muestras individuales y colectivas dentro y fuera de México desde 1996. Travesía Cuatro no es el único centro donde estos días hemos podemos disfrutar de su obra en Madrid: dos de sus series, también volcadas en gravedad, espacio y arquitectura, forman parte de la exposición “Espacios de trasladado” en el Centro de Arte Alcobendas.
Dávila ha sido también el ganador de la primera edición del Premio Hoteles NH Collection que se ha fallado en la última edición de ARCO.
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