El artista gallego presenta su primera individual en Max Estrella, una muestra compuesta por trabajos que exploran en toda su amplitud el concepto de ser humano
“Jorge Perianes. Sin título”
GALERÍA MAX ESTRELLA
c/ Santo Tomé, 6 patio
28004 Madrid
Del 31 de enero hasta principios de abril de 2013
De lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas
Sábados, de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 horas
Tras participar el año pasado en la colectiva “Caminar la línea”, muestra para la que intervino tres columnas falsas de la Galería Max Estrella convirtiéndolas en fustes retorcidos e inestables, Jorge Perianes regresa a esta sala madrileña para presentar su primera exhibición individual allí. Su próximo proyecto lleva por nombre “Sin título”, y en él el creador de Orense continúa manejando las nociones de ambigüedad e inseguridad que ha estudiado a lo largo de su carrera en piezas que llamarán la atención de espectador por su estética pulida y su intenso cromatismo.
Según señala Perianes, el engranaje interno de las piezas que desde el día 31 podremos ver en Max Estrella es muy similar al de las flores o las plantas carnívoras. Son estructuras que te acercan a una historia que quizás es más cruel o cruda de lo que parece. De este modo, el artista busca que el público quede atrapado al acercarse a las obras, y que, independientemente de que pueda o no llegar a comprender su mensaje, sí quede enganchado por los mecanismos de atracción y repulsión, en definitiva de sutil y amable engaño, que maneja Perianes.
Las obras expuestas tienen un marcado carácter escenográfico (muchas se han elaborado ex profeso para esta sala) y analizan, basándose en una estética y una simbología muy concretas, múltiples aspectos relativos al concepto de ser humano, como el hábitat, la naturaleza o la identidad, la muerte y el deseo.
Casas, jaulas, sótanos, pájaros e insectos se intercalan en trabajos concebidos como fábulas en los que las escaleras se mantienen como motivo recurrente, escaleras que no nos conducen a ningún destino y que, desde un refinado humor negro, nos hablan del absurdo y del vacío, del desaliento y el drama, como acontecimientos y sentimientos consustanciales a la vida del hombre.
Se trata en su mayor parte de esculturas esbozadas primero en dibujos y apuntes sobre papel, de ahí su impronta pictórica. Como algunas canciones infantiles, nos desafían desde la dulzura al “cantar” nuestras desgracias con vivo color.