Joaquín Pacheco y el nomadismo en el lienzo

Paris, Londres o Ámsterdam son algunas de las ciudades en las que ha vivido el artista madrileño Joaquín Pacheco, cuyas pinturas evidencian las constantes vitales que ha mantenido a lo largo de todos los cambios de domicilio. El único espacio que no ha abandonado es el lienzo y el acrílico que cubre la superficie.

Distingue en sus trabajos dos planos espaciales, correspondientes a la tierra y al cielo, en una división tan rotunda como los elementos que componen sus imágenes, hombres de espaldas, observadores, o de frente: figuras solitarias de siluetas perfiladas por la luz que se muestran contemplativas en espacios semidesnudos o enmarcadas en encuadres cinematográficos que describen momentos en la vida de los personajes, en su mayoría peatones anónimos.

Sombras, Arquitectura, Ocaso, son algunos títulos de la exposición dedicada a Pacheco que presenta hasta el 26 de julio la Galería Distrito 4 y que reúne obras fechadas con posterioridad a 2010.

Sus edificios funcionan como masas definidas de vida inerte, como las áreas de descanso y lugares transitorios de una de sus principales referencias pictóricas, Edward Hopper.

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