Soto: a la plenitud por el desplazamiento

Elvira González le dedicará su primera muestra del año

A los elogios a la sombra de Robert Mapplethorpe, que podemos visitar en la Galería Elvira González de Madrid hasta mañana, 5 de enero, los sucederá en este espacio, el próximo día 18, un repaso a la producción cinética del pintor y escultor venezolano Jesús Rafael Soto. Su obra fue figurativa en sus inicios, pero de manera rápida evolucionó hacia postulados cubistas, y después ligados a la abstracción geométrica y el constructivismo ruso, para convertirse finalmente en emblema del movimiento cinético.

Formado en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas, primero Paul Cézanne y luego Malévich, Mondrian (en su neoplasticismo) y Moholy-Nagy (en sus teorías de la luz) fueron sus referentes hasta que, desde 1953, llevó a cabo Soto sus primeros proyectos basados en la búsqueda de dinamismo y, unos quince años más tarde, sus Penetrables, piezas que entonces componía a partir de varillas de metal o de filamentos de nylon que suspendía en el espacio. No los abandonaría a lo largo de su carrera: su propósito, con aquellas obras, era convertir al espectador en sujeto activo al concederle espacios en los que pudiera penetrar, desplazarse e interactuar, apreciando de ese modo la “materia-energía” de las piezas y permitiendo que pudiera visualizarse la luz y el movimiento, claves de estas propuestas. La presencia no pasiva del público es, de hecho, fundamental: podemos llegar a afirmar que el movimiento de los visitantes permite a estas obras existir en plenitud.

Predominan en su producción las rayas blancas y negras y los fondos estriados, las formas cuadradas y los hilos de hierro, que parecen moverse cuando caminamos delante de ellos: entendía Soto que el arte abstracto no puede permanecer definitivamente estático y había de medirse en el movimiento, en la duración y, en definitiva, en el cambio. Los materiales constituyeron otro de los ejes de sus investigaciones: empleó plexiglás en sus inicios y después metal, chatarra usada y los mencionados hilos de hierro o de nylon suspendidos.

Jesús Rafael Soto. Sin título (Ambivalencia en el espacio color nº 9), 1981. Fotografía: David Bordes ©ADAGP. Jesús R. Soto, París 2022
Jesús Rafael Soto. Sin título (Ambivalencia en el espacio color nº 9), 1981. Fotografía: David Bordes ©ADAGP. Jesús R. Soto, París 2022

Tras aquellos Penetrables llegarían las series Volúmenes virtuales (obras verticales semejantes a grandes figuras geométricas suspendidas en el aire), Extensiones (piezas de suelo de las que parece emerger una masa cromática que a veces nos resulta opaca y otras muy suave y sutil, como un halo) y Progresiones (trabajos de formas aéreas que parten tanto del suelo como del techo para encontrarse en secuencias cinéticas, de ahí su nombre, y que sugieren tensiones interrumpidas). Y mientras llevaba a cabo estos proyectos, continuó produciendo pinturas y arquitecturas, estudiando igualmente el potencial participativo de estas últimas: los espectadores pueden adentrarse por completo en ellas.

El venezolano alcanzaría el reconocimiento internacional en los sesenta, década en la que logró exponer en numerosas ciudades europeas y, aunque en los años siguientes el movimiento cinético perdería vigencia, su obra se difundiría cada vez más.

La exhibición de Elvira González incidirá en esas experiencias, a la vez estéticas y vivenciales, que permite su producción en cuanto a percepción de la temporalidad e intensidad inmersiva: buscó Soto evocar, una y otra vez, una cuarta dimensión a través de su manejo muy particular de espacios y formas plásticas, heredando el legado de espiritualidad de las vanguardias que tan bien conoció. Estaba convencido de que artistas, científicos y filósofos compartían misión e intereses en sus investigaciones, por eso reflexionó, además, profundamente sobre la función social del arte (contemporáneo) y las posibilidades de su alcance, cuestionando las fronteras entre las disciplinas de la pintura y la escultura y ahondando en un camino que le llevaría a convertirse en uno de los creadores revolucionarios que dieron entidad al objeto como pieza de índole artística.

Jesús R. Soto, diciembre de 1982. Fotografía Luis Pérez Mínguez. Cortesía Galería Elvira González
Jesús Rafael Soto, diciembre de 1982. Fotografía: Luis Pérez Mínguez. Cortesía Galería Elvira González

 

 

Jesús Rafael Soto

GALERÍA ELVIRA GONZÁLEZ

c/ Hermanos Álvarez Quintero, 1

Madrid

Desde el 18 de enero de 2023

 

Comentarios