La Fundación Barrié presenta en Vigo la primera retrospectiva española de la artista
Hace dos veranos ya presentó algunas instalaciones site-specific en el Palacio de Cristal del Retiro merced a una invitación del Museo Reina Sofía, pero la estadounidense Jessica Stockholder vuelve a nuestro país para presentar, hasta marzo del año que viene en la Fundación Barrié de Vigo, su primera retrospectiva española.
Bajo el comisariado de David Barro, esta exhibición consta de algunas de sus instalaciones más conocidas y de una serie de trabajos recientes, entre ellos 8066, pieza que forma parte de la propia colección de esta institución y que resulta representativa del concepto de pintura expandida que maneja Stockholder, cuyos trabajos, en palabras de Barro, muestran la compleja relación entre el espacio ilusionista de la pintura y la presencia física de la escultura, la instalación y la arquitectura, integrándose y dependiendo del lugar, entre lo ilusorio y lo material, lo social y lo doméstico, lo público y lo privado. En sus obras todo se desborda, hasta el propio margen, y la realidad de la pintura, así como la realidad pintada, insisten en el fragmento como continuidad para sumar un tiempo más, tan imaginario como aporético, tan concreto como inconmesurable.
No faltarán tampoco las piezas que realizó con planchas de madera de fresno de un árbol que formaba parte del jardín de esculturas del Aldrich Contemporary Art Museum y fue víctima de un escarabajo invasor de Asia. Algunas de estas láminas las serigrafió inspirada en el modo en que los indios de la zona de Vancouver, donde se crió, decoraban sus tótem, y otras las compuso como un enorme biombo.
Las obras expuestas, tan coloristas como extravagantes, se distribuyen en las salas de la Fundación Barrié de modo que pueden ser transitadas por el visitante y sus pinturas se construyen a partir de objetos encontrados, cotidianos, de espacio y de color, expandiéndose hacia ámbitos que podríamos considerar escultóricos y arquitectónicos por su ruptura del marco pero sin perder su referencia a la tradición pictórica pura. Y no es casual: Stockholder estudio en British Columbia y después en Yale y en ese periodo de formación estudió a fondo técnicas tanto escultóricas como pictóricas.
Sus objetos alguna vez parecieron corrientes y familiares, pero, en su obra, cobran nueva vida al asumir nuevos roles insólitos y adquirir una presencia imponente. Sus trabajos proponen que, si se quiere examinar algo, se necesita indagar, probar y escudriñar en un intento de leer lo que está más allá de la mera contemplación.
En 2007, recibió el prestigioso premio Lucelia Artist del Smithsonian American Art Museum. Stockholder vive y trabaja en New Haven y actualmente dirige el programa de licenciatura en Escultura en la Universidad de Yale. Ha expuesto en numerosas galerías y museos internacionales desde 1982.
Destacan su proyecto público, Flooded Chambers Maid, que se instaló en el Madison Square Park de Nueva York en 2009 y la retrospectiva “Jessica Stockholder, Kissing the Wall: works, 1988-2003”, que pudo contemplarse en la Blaffer Art Gallery de la Universidad de Houston, y en la Weatherspoon Art Galley de la Universidad de Carolina del Norte. Además, ha desarrollado diversas exposiciones individuales en el Dia Center for the Arts (Nueva York, 1995), el MoMA P.S.1 (Nueva York, 2006) y en el K20 Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen (Dusseldorf, 2002-2003).
La Fundación Barrié muestra su colección de pintura contemporánea. La Coruña, hasta el 18/03/2012
Jessica Stockholder e Ibon Aranberri, en el Palacio de Cristal y en Silos. Madrid, y Burgos, 12/07/2010