La obra del “niño salvaje” del arte se podrá ver este verano en Santander
Del 11 de julio al 14 de septiembre de 2008 en la Sala de exposicionones de la Fundación Marcelino Botín, Santander Organizan: Fundación Botín de Santander y Fondazione Memmo de Roma Comisario: Olivier Berggruen Una de las propuestas expositivas más atractivas de la temporada nos traslada hasta la ciudad de Santander.
FUNDACIÓN MARCELINO BOTÍN
Sala de Exposiciones:
Marcelino Sanz de Sautuola, 3
Villa Iris:
Pº de Pérez Galdós, 47
Oficinas, biblioteca y salón de actos:
C/ Pedrueca, 1
Santander (España)
Allí, la Fundación Marcelino Botín acaba de presentar una muestra dedicada a uno de los artistas más incorrectos y geniales que dio la década de los años ochenta en Nueva York. Se trata de Jean-Michel Basquiat (Nueva York, 1960-1988), quien desde la escena callejera y la elaboración de grafitis pasó a convertirse, de la mano del mítico Andy Warhol, en uno de los artistas más célebres del denominado East Village. No podemos saber por qué derroteros habría transcurrido su madurez artística de no haberse visto su vida truncada, con tan sólo 27 años, víctima de una sobredosis, pero de lo que no cabe duda es de que durante su escasa pero prolífica carrera fue capaz de mostrarse al mundo tal y como era, haciéndose un nombre entre las estrellas.
“Jean-Michel Basquiat: Ahuyentando fantasmas” reúne cuarenta obras representativas de toda la trayectoria del artista, pero se centra de manera especial en mostrar al público uno de sus temas más recurrentes: la idea del cuerpo fragmentado, algo que va más allá de lo puramente físico para convertirse en una metáfora de su visión de la personalidad humana como algo fracturado. Una niñez complicada, un accidente cuando tenía siete años y el interés por la Anatomía de Grey, en cuyo estudio se empeñó con dedicación, propiciaron toda una serie de imágenes y pensamientos que el artista plasmó en sus dibujos de manera casi compulsiva. Todo ello además, como nos recuerda Olivier Berggruen, comisario de la muestra, se ha relacionado frecuentemente con la alienación experimentada como hombre negro en una sociedad racista que supo arroparle y despreciarle con la misma facilidad. Su obra, nacida de un instinto natural que durante sus primeros años decoró muros del Soho y vagones de metro, refleja un carácter tan espontáneo en lo formal como satírico y meditado en lo conceptual. Se ha destacado siempre el contenido poético y filosófico de sus pintadas, incluso desde que se hacía conocer bajo las siglas SAMO (same old shit).
Esta exposición, organizada en colaboración con la Fondazione Memmo de Roma, donde podrá verse a partir del otoño, se completa con un conjunto de fotografías inéditas realizadas por Michael Halsband, responsable de un buen número de las imágenes que conocemos de Basquiat y Warhol.
Jean-Michel Basquiat
Tabac, 1984
Cortesía Galería Bruno Bischofberger,Zúrich
Jean-Michel Basquiat. Foto de Michael Halsband