Alcalá 31 estudia la redefinición de los soportes plásticos llevada a cabo por el artista francés en las últimas décadas
“Jean-Marc Bustamante. Calma blanca”
SALA ALCALÁ 31
c/ Alcalá, 31
28014 Madrid
Del 20 de septiembre al 18 de noviembre de 2012
De martes a sábado, de 11:00 a 20:30 horas
Domingos y festivos, de 11:00 a 14:00 hors
Treinta y nueve obras, entre fotografías, pinturas sobre plexiglás, esculturas e instalaciones, articulan “Calma blanca”, muestra dedicada a Jean-Marc Bustamante que puede verse desde mañana en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid y que pretende analizar a fondo el discurso común de la variadísima producción del artista galo.
La exhibición ha sido comisariada por José Jiménez, Doctor en Filosofía, Catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad Autónoma de Madrid y crítico de arte y preparada en colaboración con el Institut français d’Espagne y Air France.
Nacido en 1952 en Toulouse, Jean-Marc Bustamante representó a su país en la 50ª edición de la Bienal de Venecia, que tuvo lugar en 2003, y en los últimos años ha mostrado sus trabajos en el Museo de Arte Moderno de Saint-Étienne, en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, la Fundación Ekaterina de Moscú o el Henry Moore Institute de Leeds.
Los inicios de su trayectoria están ligados a la fotografía y a España, donde realizó, a partir de 1977, la célebre serie de fotografías de gran formato Tableaux, compuesta por imágenes de paisajes urbanos de los alrededores de Barcelona. De cada una de las instantáneas se realizó una única impresión, de ahí su semejanza con la pintura. Posteriormente, y de forma paulatina, Bustamante amplió y diversificó sus soportes expresivos a la escultura, la pintura o las cajas de visión sin perder en esa experimentación el rumbo de una búsqueda incansable: la de una plasmación convincente de la noción de lugar y de sus límites que vaya más allá de disciplinas y encuentre caminos seguros para mostrarse al espectador.
Bustamante no se considera por entero ni fotógrafo ni pintor y afirma que, en sus procesos de trabajo, trata de impresionarse a sí mismo, aunque a su vez no puede concebir su obra sin público que la contemple. Tampoco intenta narrar historias ni diseñar ilusiones cautivadoras, sino atrapar el espacio de la mirada del observador.
INFORMACIÓN RELACIONADA
Jean-Marc Bustamante, Halil Altindere y los años de la Dolce Vita, próximas apuestas expositivas de la Comunidad de Madrid. Madrid, 06/09/2012
Naturaleza versus industria. Barcelona, hasta el 12/01/02