El Museo Thyssen-Bornemisza acoge la primera monográfica española dedicada al artista
“Jean-Leon Gerôme”
MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA
Paseo del Prado, 8
28014 Madrid
Del 15 de febrero al 22 de mayo de 2011
De martes a domingo, de 10:00 a 19:00 horas
Del 15 de febrero al 22 de mayo de 2011, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid
Jean-Leon Gerôme se convirtió en uno de los pintores franceses más conocidos del siglo XIX gracias a las apasionadas críticas favorables y contrarias que suscitó su producción, ejemplo de defensa de las convenciones academicistas en una etapa dominada por el auge de Realismo e Impresionismo. No obstante, analizando su obra en detalle, podemos percibir que Gerôme no fue tanto seguidor acérrimo de la tradición como creador de nuevos universos pictóricos basados en una iconografía dominada por los temas eruditos.
En sus trabajos, de acabados perfectos, se mezclan valores y géneros y se crean ilusiones de realidad a través de artificios y subterfugios propios de un normativismo nada ortodoxo. El artista representaba la historia como espectáculo dramático del que hace al espectador testigo, y esa comunión con el público sirvió para que muchas de sus imágenes se convirtieran en iconos populares difundidos en grabados y reproducciones fotográficas por su suegro, el editor Adolphe Goupil.
El Museo Thyssen presenta hasta mayo la primera monográfica española de Gerôme, que recorrerá al completo su trayectoria a través de cinco secciones dedicadas a sus años de formación, sus trabajos de influencia neogriega, a los más cercanos a la cultura oriental y a sus pinturas de historia y esculturas.
En el taller de Paul Delaroche asimiló el estilo académico de su maestro y absorbió las claves de la cuidadosa factura de Ingres. En una estancia anual en Italia, el pintor pudo acercarse a las antigüedades romanas y a la arqueología, mundos muy presentes en su pintura. A partir de su participación en el Salón Oficial de 1847 con La pelea de gallos inició una carrera plagada de éxitos profesionales formando parte de una escuela bautizada como Pompeyista que conservó la grande manière en figuras y decorados pero que dejó de representar escenas bíblicas, históricas o mitológicas para centrarse en composiciones de género de la Antigüedad caracterizadas por su colorido delicado y sensual.
Atraído por el aura exótica del mundo árabe, Gerôme realizó varias expediciones a Egipto y Oriente Próximo, y sus visiones de entonces enriquecieron su repertorio a lo largo de toda su trayectoria, poblada de interiores de mezquitas, baños, mercados, bailarinas y guerreros otomanos articulados en composiciones teatrales. También el siglo XVII y la época napoleónica constituyeron dos de sus periodos históricos más cultivados, aunque en ellos dio mayor importancia a la anécdota que al heroicismo y combinó teatralidad e impulso racionalista de ofrecer informaciones exactas. Ejemplos de ello veremos en el Museo Thyssen, con Consummatum est y La muerte de César.
La muestra también dará cuenta del interés de Gerôme por la escultura, que aunque comenzó muy pronto, no se materializó por completo hasta 1878. En ese año se fecha Los gladiadores, inspirada en el grupo central de otro de sus mejores trabajos, Pollice Verso (1872). El tema del artista en su taller fue también frecuente en gran parte de sus obras, en las que se cruzan referencias entre lo pictórico y lo escultórico.
Jean-Leon Gerôme
Baño turco o Baño moro, 1870
Museum of Fine Arts Boston
Jean-Leon Gerôme
Dos campesinas italianas y un niño o Recuerdo de Italia, 1849
Musée d´ Orsay