Javier Garcerá, entre Oriente y Occidente

CentroCentro le dedica su última muestra de 2025

Madrid,

Sus muestras en galerías han sido frecuentes (Daniel Cuevas lo representa en Madrid), pero hasta la fecha Javier Garcerá no había protagonizado una exposición institucional en la capital; la ofrece hasta el próximo mayo CentroCentro, bajo el comisariado de Isabel Tejeda y el título de “El pico al aire”.

Por el gran formato de la mayor parte de sus piezas, la luz sutil y el vivo contraste de los tonos rojos dominantes en las pinturas con la oscuridad de los muros de la cuarta planta del Palacio de Cibeles, este proyecto se ha planteado como una extensa instalación inmersiva de la que forman parte medio centenar de composiciones, una veintena de ella inéditas.

El propósito último de ese montaje es favorecer la concentración del espectador y la contemplación lenta de estos trabajos; generar un espacio que aleje del ruido y propicie el sosiego. En último término, ese deseo subyace en las mismas piezas de Garcerá y en los procedimientos, poco espontáneos, de los que son fruto; en palabras de la comisaria, Garcerá se posiciona crítica pero poéticamente frente a la vida vertiginosa en la que el consumo de decenas de imágenes por segundo nos aboca a una mirada epidérmica y escasamente reflexiva (…). El artista aspira a otra forma de mirar como manera alternativa de situarse ante el mundo, ante las cosas y sucesos que nos rodean. Propone detenernos y mirar hacia el interior de unas pinturas en las que nos reflejamos y entramos sin darnos cuenta.

Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa

En esa misma línea, el título de la exhibición procede de san Juan de la Cruz -ese es uno de los rasgos, el del pico al aire, con el que el autor de Cántico espiritual se refería al pájaro solitario, alegoría del alma contemplativa, que no por ello inactiva- y una de las obras en CentroCentro se asemeja en su disposición y dimensiones a un retablo, un recurso por el que Garcerá ya había optado con anterioridad, incidiendo en su voluntad de vertebrar un espacio de silencio alrededor de las telas.

Otro de sus referentes intelectuales ha sido Goethe, fundamentalmente en su poemario Diván entre Oriente y Occidente, en el que abogaba por aunar ambas tradiciones culturales, mientras entre las puramente plásticas podemos citar a Fra Angelico o Manet, en forma de alusiones interesantes, por no explícitas, que se conjugan con los asuntos predilectos del de Sagunto. Su iconografía está imbricada en su vida personal y afectiva, las mudanzas y las naturalezas y arquitecturas con algo en común: el abandono; remiten así, sus temas, a afectos y necesidades, pasando por la de recuperar inocencias e introspecciones.

Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa

En los procesos de trabajo de Javier Garcerá, la formalización material de las piezas ocupa un tiempo breve si se compara con el que dedica a la experimentación de la que son fruto: meses de investigación que, en ocasiones, se concretan en muy pocos trabajos, obras que a su vez abren otros puntos de partida.

El fruto de esa demora y esa minuciosidad son imágenes penetrantes en la retina, pero difíciles de aprehender: es inevitable pensar en lo que hay en ellas de revelación, de presencia latente; algo subyace más allá de las superficies de las telas, aflorando de manera leve e intermitente y desafiando nuestra percepción, porque el ojo oscila quizá inconscientemente entre el reconocimiento de lo que ve y su pérdida, una ida y un regreso que, además, cuestionan la naturaleza estática del medio pictórico.

Profundiza a menudo sobre la compatibilidad del revelar y el ocultar: las superficies monocromas, habituales en su producción y también en la más reciente, camuflan fondos a los que solo una mirada sin prisa podrá acceder; en último término, nos propone este autor una suerte de trueque: el del tiempo lento que él destinó a la creación por nuestra observación sin prisa.

Ese ejercicio no sería posible sin su empleo cuidadoso de la luz, que si, por un lado, conduce nuestra atención en varias direcciones, por otro también parece acercarnos infinitos ocultos al vistazo rápido. Apuntaba el crítico Delgado Mayordomo, sobre trabajos pasados de Garcerá, que para acceder con solvencia a estas obras hay que deponer la mirada alienada y digitalizada, aquella que devora con avidez todo lo que se le ofrece. Es necesaria una percepción distinta, capaz de conquistar un sentido propio de la experiencia y de traer al presente la toma de conciencia de aquello que estamos viendo.

Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa

 

Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa
Javier Garcerá. El pico al aire. CentroCentro, 2025. Fotografía: Amapola Creativa

 

 

Javier Garcerá. “El pico al aire”

CENTROCENTRO. PALACIO DE CIBELES

Plaza de Cibeles, 1

Madrid

Del 18 de diciembre de 2025 al 3 de mayo de 2026

 

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