Jan Groover, tercer grado a la naturaleza muerta

Kutxa Kultur Artegunea dedica una retrospectiva a la fotógrafa

San Sebastián,

Aunque se formó como pintora, y estudió a fondo tanto el Renacimiento como los bodegones de Morandi, la estadounidense Jan Groover abandonaría pronto esa disciplina en favor de la fotografía, considerando que era el momento de que este arte comenzara a tomarse en serio en su país y también entendiendo que emprender ese camino podría ser su primera decisión adulta (tenía entonces veinticuatro años). Bajo la influencia de aquellos primeros pasos, sus series más tempranas tomaron la forma de polípticos, en los que los sujetos se ocultan, dividen o multiplican, y también tendieron hacia la abstracción.

No mucho más tarde, y seguramente de nuevo bajo el peso de su admiración inicial por el boloñés, decidió experimentar a fondo en el género de la naturaleza muerta, desde formatos, técnicas y temas diversos: en una etapa de esplendor de la fotografía documental, prefirió esta autora de Nueva Jersey -fallecida hace algo más de una década en Francia, adonde se había trasladado a principios de los noventa-, aplicar su aprendizaje pictórico a la cámara, no buscando alumbrar en sus imágenes declaraciones o significados concretos, sino subrayar el poder expresivo de las formas.

Su archivo, que consta de fotografías, dibujos preparatorios y documentos, se conserva desde hace un lustro en Photo Elysée, el Museo de Fotografía de Suiza, y de este centro de Lausana proceden buena parte de los trabajos que nutren la retrospectiva que hasta noviembre le brinda, en San Sebastián, Kutxa Kultur Artegunea, y que recuerda que, además de fotógrafa, fue Groover coleccionista y profesora.

Jan Groover. Sin título, hacia 1978-1979. Photo Elysée. Jan Groover Archives
Jan Groover. Sin título, hacia 1978-1979. Photo Elysée. Jan Groover Archives

Comisariada por Émilie Delcambre Hirsch y Tatyana Franck, esta exhibición cuenta con cerca de 150 imágenes y objetos, estructurados en cuatro secciones, que examinan cronológicamente la carrera de la americana: Polípticos. Por el camino de la fotografía; Naturalezas muertas; Platino y paladio. Hacia un (re)descubrimiento del platino y Los años franceses. Se inicia el recorrido enseñándonos sus primeras composiciones, más o menos triviales y dedicadas a su entorno cercano, que no tardando integrarían polípticos más complejos compuestos por varias tomas. La disposición específica de estas daba lugar a juegos visuales que no solo tenían que ver con los objetos representados (eclipsados o multiplicados), sino sobre todo con espacios, tiempos y ritmos; exploraba Groover en aquel momento connotaciones propias del medio fotográfico, como la posibilidad de la mímesis o la de aislar visualmente un fenómeno del resto y abstraerlo de su instante. Estos trabajos, por cierto, pudieron verse en 1974 en la Light Gallery de Nueva York, una de las pioneras en exhibir foto contemporánea.

Contemplaremos a continuación, en Kutxa Kultur, una selección de sus naturalezas muertas, género al que, como avanzábamos, Groover nunca dejó de volver. Le permitió afirmarse en una idea que siempre impulsó su trayectoria, la de que no importa tanto la selección de motivos como la fabricación de una visión propia sobre ellos, y podemos considerar que en torno a sus bodegones estableció continuos vínculos entre temporalidades y formas de representación. Se han reunido en esta muestra desde sus Naturalezas muertas de cocinas, iniciadas en 1977, hasta sus ejemplos tardíos de los 2000.

Jan Groover. Sin título, 1985. Photo Elysée. Jan Groover Archives
Jan Groover. Sin título, 1985. Photo Elysée. Jan Groover Archives
Jan Groover. Sin título, 1981. Photo Elysée. Jan Groover Archives
Jan Groover. Sin título, 1981. Photo Elysée. Jan Groover Archives

La tercera sección de la exhibición recoge sus experimentos con platino, que patentó en 1873 el británico William Willis y que permite alumbrar impresiones por contacto, con una reproducción monocromática que remite al grabado, a base de negros intensos y grises suaves. En ocasiones se sustituyó o se mezcló con paladio, que vira los tonos medios de las imágenes hacia el marrón.

Groover fue uno de los fotógrafos que recuperó esta técnica en los sesenta y setenta, interesándose por los procesos antiguos o alternativos (también sedujo a Irving Penn, con quien compartió lugar de nacimiento); en el caso de ella, pese a que al principio le parecía anacrónica y en exceso romántica. De su mano fue más allá del bodegón: cultivó paisajes, retratos y desnudos.

Por último, sus años franceses (1991-2012), tras instalarse junto a su marido en Montpon-Ménestérol, en Dordoña, trajeron obligados cambios en su trayectoria: tuvo que abandonar la docencia en Nueva York, pero continuó trabajando -a menudo, aún, en naturalezas muertas- y participando en talleres.

Esta antología llega a España tras su paso por Photo Elysée y por la parisina Fundación Cartier-Bresson y se acompañará en San Sebastián de visitas comentadas gratuitas, todos los domingos.

Jan Groover. Sin título, 1981. Photo Elysée. Jan Groover Archives
Jan Groover. Sin título, 1978. Photo Elysée. Jan Groover Archives

 

 

“Jan Groover. Laboratorio de formas”

KUTXA KULTUR ARTEGUNEA

Plaza de las Cigarreras, 1 

San Sebastián

Del 21 de julio al 2 de noviembre de 2023

 

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