Fundación MAPFRE presenta una nueva exposición de escultura a partir de la figura del maestro francés
Aristide Maillol
Mediterránea, 1905-1923
Musée D’Orsay, París
Del 24 de junio al 13 de septiembre de 2009 en la Fundación MAPFRE. Instituto de Cultura, Madrid
INSTITUTO DE CULTURA FUNDACIÓN MAPFRE (Recoletos)
Paseo de Recoletos 23
Madrid (España)
Comisaria: Catherine Chevillot. Conservadora-Jefe de Escultura del Musée DOrsay
La figura de Auguste Rodin (París, 1840 – Meudon, 1917) supone un hito importante para la escultura moderna europea; un punto de inflexión entre la tradición y la renovación, cuya estela fue seguida por numerosos artistas contemporáneos y de generaciones futuras. Así, en torno a 1900, encontramos en París a un grupo de escultores que, procedentes de toda Europa, habían llegado a la ciudad del Sena atraídos por la figura de Rodin y con el deseo común de crear nuevos caminos y propuestas formales para la escultura. Pero, ¿cuál fue realmente el poso que el gran maestro dejó en la generación inmediatamente posterior a él, en la que encontramos nombres tan sobresalientes como Brancusi, Julio González, Picasso, Maillol o Archipenko? La respuesta a esta pregunta la encontramos en la exposición que la Fundación MAPFRE acaba de presentar en Madrid, en su sala del Paseo de Recoletos. Bajo el título “¿Olvidar a Rodin? Escultura en París 1905-1914” se ha reunido un grupo de obras de artistas de principios del siglo XX que fueron los responsables de elaborar ese nuevo lenguaje de la modernidad, tomando como punto de partida la obra de Rodin, ya fuera para continuar o para romper definitivamente con las premisas establecidas por él.
Ossip Zadkine. Buste de jeune fille, 1914
Museo Zadkine, París
Los primeros signos de cambio llegan con la evolución hacia formas más sencillas, primigenias, lo que se ha denominado una vuelta al origen, a las formas elementales. Las figuras van reduciéndose a cilindros, conos y esferas, mientras que los rostros van progresivamente eliminando el detalle de los rasgos y la expresividad. Al mismo tiempo, esos volúmenes en los que se van transformando las esculturas comienzan a sentir más el espacio que las rodea hasta llegar éste a convertirse en parte sustancial de la obra. El recorrido por la exposición pretende servir como guión para comprender todos estos cambios que se van dando y aportar una lectura novedosa del inicio de la escultura moderna durante los primeros años del siglo XX.
Uno de los aspectos en el que se ha querido hacer más hincapié por parte de los organizadores, es la puesta en valor y la contextualización de los escultores españoles que desarrollaron en París una carrera de nivel, demostrando una gran coherencia dentro del grupo. Si nadie dudaba de la importancia que tuvieron en aquel círculo Picasso, González y Gargallo, ahora se destaca también el valor de otros como Manolo Hugué, Casanovas o Clará.
Entre las piezas emblemáticas de la muestra destaca la “Mediterránea” de Aristide Maillol, pieza esencial para el mediterraneismo catalán y que por primera vez sale del parisino Musée DOrsay.
Dos personas contemplan las piezas El hombre sentado, de Wilhelm Lehmbruck y el El Pensador, de Auguste Rodin, en la Fundación MAPFRE.
“¿Olvidar a Rodin? Escultura en París 1905-1914”, que podrá visitarse hasta el próximo 13 de septiembre, ha sido producida por Fundación MAPFRE y el Musée DOrsay donde más de 170.000 personas pudieron disfrutar de la muestra entre marzo y mayo de 2009- y con la colaboración de la Stiftung Wilhelm Lehmbruck Museum de Duisbourg. Es precisamente el artista al que se dedica este último centro, Wilhelm Lehmbruck, otro de los grandes protagonistas aquí, del que además de esculturas podemos ver pinturas y dibujos. El estilo expresionista del alemán le separa sustancialmente de Rodin en la forma, pero seguiría existiendo una conexión con él, como podemos ver en las dos figuras con las que se cierra la muestra: El hombre sentado de Lehmbruck y el original en yeso de El Pensador de Rodin.