Fundación MAPFRE presenta la primera retrospectiva internacional dedicada a la fotógrafa de Portland
“Imogen Cunningham”
FUNDACIÓN MAPFRE. SALA AZCA
Avda. General Perón, 40 Portal D
1ª planta 28020 Madrid
Del 19 de septiembre de 2012 al 20 de enero de 2013
Lunes, de 14:00 a 21:00 horas
De martes a sábado, de 10:00 a 21:00 horas
Domingos y festivos, de 12:00 a 20:00 horas
Del 19 de septiembre de 2012 al 20 de enero de 2013, en Fundación MAPFRE. Sala Azca, Madrid
Comisaria: Celina Lunsford, Asesora de fotografía del Fotografie Forum International de Frankfurt y comisaria independiente
Obras: 200 fotografías
Organizan: Fundación MAPFRE y La Fábrica
Nacida en Portland en 1883, Imogen Cunningham fue considerada ya en vida una figura pionera de la fotografía moderna por la innovación presente en el conjunto de su obra y por su constante exploración de nuevas técnicas a lo largo de sus más de siete décadas de trayectoria, desde sus primeras imágenes de influencia pictorialista hasta sus intimistas desnudos o los numerosos e icónicos retratos que tomó para la revista Vanity Fair.
Algunas de las dos centenares de fotografías que a partir del 18 de septiembre exhibe la Fundación MAPFRE en su Sala en Azca se muestran al público por primera vez y la mayoría de ellas proceden del Imogen Cunningham Trust. Tanto Stieglitz como Edward Weston son referencias a menudo citadas respecto a su producción, marcada también de forma indeleble por los acontecimientos transcurridos en Estados Unidos a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Imogen Cunningham. Magnolia Blossom [Flor de Magnolia], 1925
Formada en Química, Cunningham adquirió su primera cámara fotográfica en 1906, mientras estudiaba en la Universidad de Washington en Seattle, y en el campus de aquel centro realizará precisamente una de sus instantáneas más conocidas y provocadoras en la época: un desnudo para el que ella misma posó desnuda sobre la hierba que anticipaba tanto su independencia creativa como su interés por el desnudo como género fotográfico, toda una novedad para su tiempo.
Junto a Edward S. Curtis aprendió a retocar negativos y se adentró en la técnica de la platinotipia para, más tarde, completar sus estudios en la Technische Hochschule tutelada por Robert Luther, experto en fotoquímica. No fue por ello casual que su tesis doctoral, cuyo manuscrito puede verse en Madrid, llevara como título Sobre el desarrollo de la platinotipia para tonos marrones.
En 1910, Cunningham abrió su propio estudio fotográfico en Seattle y comenzó a llevar a cabo retratos encargados por miembros de la alta sociedad local. Paralelamente, y bajo la influencia de Gertrude Käsebier, Cunningham llevaría a cabo exquisitas imágenes de un evidente estilo pictorialista en las que utilizó retoques manuales y filtros especiales. Entre ellas destaca el bucólico El bosque más allá del mundo (1912).
Imogen Cunningham. Cary Grant, Actor, 1932 Imogen Cunningham. Nude, 1936
Tras contraer matrimonio en 1917 con el también artista Roi Partridge, la fotógrafa se trasladó a California y desde 1920 su interés por fotografiar el entorno natural fructificó en composiciones florales de estética muy moderna en las que la vegetación quedaba reducida a formas simples. Aficionada a la botánica, Cunningham convirtió en aquella etapa a magnolias, cactus, aloes y calas en su principal fuente de inspiración. Aquellos trabajos pueden recordarnos a los de Karl Blossfeldt y a los posteriores de Mapplethorpe y tienen su prolongación lógica en las representaciones fotográficas de un sensual cuerpo humano en armonía con la naturaleza de la que deriva.
Desnudos masculinos desafiantes para su tiempo, detalles corporales en primer plano y composiciones delicadas que llaman nuestra atención por su cuidado tratamiento de luces y sombras le valieron a la artista su participación en 1929 en “Film und Foto”, la considerada primera gran exhibición de la fotografía moderna europea y norteamericana. En ella tomaron parte Man Ray, Steichen o Berenice Abbott y Cunningham expuso allí un desnudo, ocho imágenes botánicas que gozaron de una gran acogida y un estudio arquitectónico.
Tres años después, la artista de Portland constituyó, junto a Weston o Ansel Adams, el grupo f/64. Sólo pervivió tres años como colectivo, pero sus ideas no caducaron para Cunningham: defendían una fotografía clara y nítida caracterizada por una amplia profundidad de campo que definiría su producción.
Imogen Cunningham. Martha Graham 2, 1931 Imogen Cunningham. Another Arm [Otro brazo], 1973
Ya en 1930, comenzó a servirse de la exposición doble o múltiple de retratos de artistas o escritores que había tomado previamente para crear innovadoras superposiciones de imágenes que llamaron pronto la atención de Vanity Fair. Comenzó a colaborar con esta publicación viajando a Nueva York y Los Ángeles para retratar al presidente Hoover, a Cary Grant o Spencer Tracy, prescindiendo siempre de detalles accesorios y volcando en la psicología de sus modelos. Uno de aquellos viajes le permitió conocer a Lisette Model y el estilo de fotografía callejera de aquella, basado en la plasmación de detalles dinámicos y recortados, ejercería en Cunningham una impronta decisiva hasta sus años finales. Falleció en 1976 mientras llevaba a cabo su último proyecto: una compilación de retratos de personas que, como ella, habían logrado superar los 90 años.
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