Joseph Beuys fue su maestro; Immendorf, Blinky Palermo y Katharina Sieverding, sus compañeros en la Escuela de Arte de Düsseldorf, y el juego con soporte pictórico, colores y espacio, ha sido su gran vía de investigación. Imi Knoebel es autor de pinturas y esculturas abstractas en sus formas y minimalistas en su depuración que algunos han comparado con la producción de Malevich o de artistas ligados a la Escuela Bauhaus, sus grandes referentes.
El alemán ha empleado tramas de aluminio para diseñar tanto estructuras geométricas de articulación perfecta como composiciones desordenadas sobre las planchas de sus cuadros, en definitiva, para evocar órdenes ideales o para entablar una lucha metafórica con la gravedad. También ha buscado convertir su práctica artística en una experiencia pictórica pura donde la narración no tuviese cabida y el espectador se viese “obligado” a contemplar lo esencial: soporte y superficie pintada, lo meramente material, preocupación que compartió con Palermo.
Los trabajos de Imi Knoebel trascienden su propio espacio para abarcar aquel en el que se ubican, se basan en el abanico de formas geométricas y giran en torno a un único desafio: generar color. En sus palabras: No quiero nada más que llegar al color. Pongo los colores, los extiendo ahí y trato de lograr un color de esta manera. Uso combinaciones muy diversas. Eso lo mantiene abierto. No hay ningún color con el que no trabaje, entonces no hay un sistema de porciones. En el camino, puedes llegar a pinturas realmente hermosas que nunca tuviste en mente.
En ese proceso, juega con capas, con ángulos que originan estructuras cerradas o abiertas, dinamismo, retículas, tonos que se expanden dentro de un orden interno que no se nos oculta.
Con motivo de su 75º cumpleaños, Kunstmuseum Wolfsburg presenta hasta el 15 de febrero su primera retrospectiva en dos décadas, una muestra que repasa su carrera desde 1966 hasta hoy y que incluye sus primeras pinturas eminentemente lineales, sus composiciones de aluminio de los noventa y sus últimos trabajos.
Para Knoebel, cada una de sus pinturas forma parte de un cuerpo en constante expansión: remite a obras anteriores, las amplia y las reinterpreta. Sus procesos creativos quedan reflejados en el montaje de esta exposición alemana: una sala de 40 x 40 metros de arquitectura abierta y acogedora exhibe su producción por propia elección del artista, diseñador de su propia muestra, y tres paredes en diagonal dividen el espacio, a la vez que lo dotan de diferentes vías de contemplación. La presentación de las piezas no obedece a criterios cronológicos.
La obra de Knoebel ha sido objeto de exhaustivas presentaciones en el Stedelijk Museum de Ámsterdam (1972, 1996), Kunstmuseum Winterthur (1983), la Art Foundation Beacon de Nueva York (1987, 2008), el IVAM (1997), el Musée de Grenoble (1997), el Henri Moore Institute de Leeds (2006) o el Deutsche Guggenheim y la Neue Nationalgalerie de Berlín (2009).
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