Idea: Pintura Fuerza

Manolo Quejido. Palmario, 1981

El Museo Reina Sofía mostrará en el Palacio de Velázquez trabajos realizados entre los setenta y los ochenta por cinco artistas españoles

Los cinco artistas seleccionados para esta exposición, que ha sido comisariada por Armando Montesinos, comparten su trabajo con prácticas conceptuales en los ochenta y la canalización de sus investigaciones en el ámbito pictórico en la década posterior. La etapa analizada, esa transición entre los setenta y los ochenta, coincide con una etapa de crisis del proyecto moderno, con un cambio de paradigma estético y con un replanteamiento de los conceptos de academia y tradición.

Albacete, Campano, García Sevilla, Navarro Baldeweg y Quejido conciben la pintura como proceso de construcción de un sujeto y su producción en estos años coincide con un periodo artístico muy activo en España pero carente entonces de infraestructuras expositivas. “Idea: Pintura Fuerza” no los ha reunido con el fin de presentarlos como a un grupo, sino de subrayar sus diferencias dentro de una filiación postconceptual, su entendimiento de la tradición representada por Picasso, Matisse o Cézanne, también por Jasper Johns, de Kooning, el Mediterráneo y Oriente y su voluntad reflexiva de los principios de la pintura más allá de la dualidad entre abstracción y figuración.

Juan Navarro Baldeweg. Humo amarillo, 1984

Miguel Ángel Campano. El zurdo, 1980

Las pinturas expuestas en El Retiro tienen poco que ver con el Neoexpresionismo alemán y la Transvanguardia, carecen de propósitos identitarios y se relacionan con la realidad exterior, son rabiosamente contemporáneas y llaman nuestra atención por su enorme potencial expresivo. Sus autores trabajan en los intersticios, los márgenes, ni desde lo canónico ni desde la marginalidad.

Con motivo de la exposición, se ha editado un catálogo bilingüe con textos del comisario Armando Montesinos y del periodista y crítico de arte Mariano Navarro. Según el propio Montesinos, ésta no es una exhibición histórica, sino un ensayo de redescubrimiento de lo que en los setenta y ochenta no se llegó a entender: la voluntad de este arte de dejar translucir que toda idea puede generar un acto. Su montaje quiere dejarnos entender el proceso de creación de obra de cada uno de los artistas (de ahí que recaiga en cada uno una zona del Palacio), aunque también se busca establecer diálogos dinámicos. Las dos T que ordenan el espacio están descolocadas respecto a cualquier eje pero impiden cerramientos y dan fluidez al recorrido.

Esta muestra entronca con “Los esquizos de Madrid. Figuración madrileña de los 70” y coincide en el tiempo con otra que el Museo Reina Sofía dedica a las prácticas artísticas globales en los ochenta y los noventa: “Mínima resistencia. Entre el tardomodernismo y la globalización: prácticas artísticas durante las décadas de los 80 y 90“. Esta exposición parte de las colecciones del propio MNCARS y se centra en la búsqueda por parte de los artistas de espacios de resistencia en la actual etapa de globalización.