Humanas alegorías

Formas constructivistas, figurativas o biomórficas se dan cita en esculturas plenas de resonancias alegóricas en las que el retrato psicológico de los representados y los elementos narrativos cobran especial importancia.

El núcleo de esta exposición lo conforman una serie de piezas, de tamaño monumental y elaboradas específicamente para esta ocasión, entre las que encontramos diversas figuras femeninas que integran una especie de bosque alegórico y que o bien estilizan sus formas hacia el cielo o bien cubren su rostro con las manos. Remiten a una obra anterior de Leiro, Recolectoras (2003), pero tienen un significado muy concreto: conforman la escenificación colectiva de las reacciones ante la catástrofe del Prestige en Galicia. Otras de las figuras representa a un operario, posible integrante de los equipos de limpieza de las playas o de rescate que parece buscar restos de vida entre el chapapote. Incluso aparece representada una reportera cubriendo la noticia, en alusión a la mediatización del dolor ajeno imperante en la moderna sociedad de la comunicación. El secreto del poder atrayente que ejercen estas esculturas sobre el espectador reside en su diálogo cercano con el acontecimiento negativo y en su recordatorio de quienes padecieron aquel desastre en primera persona.

Francisco Leiro nació en la localidad pontevedresa de Cambados y desde su juventud ligó su trayectoria artística a la escultura y las tradiciones populares. Tras formarse en los años setenta en la Escuela de Artes y Oficios de Santiago de Compostela, se instaló en Nueva York en 1988. Allí comenzó a trabajar con la Galería Marlborough, centro que le ha dedicado numerosas muestras, tanto en su sede neoyorquina como en la madrileña. En 2004 expuso en el Palacio de Cristal y en 2005 en la plaza Dag Hammarskjold de Nueva York.

Francisco Leiro
Asomado I, 2008

Francisco Leiro
Plañideras, 2009