El Museo de Jaén repasa la carrera del francés a partir de una selección de 40 de sus óleos
Nacido en París en 1904 en el seno de una familia de ascendencia catalana, Hernando Viñes se trasladó a Madrid en 1915 y aquí comenzaría su interés por el arte.
MUSEO PROVINCIAL DE JAÉN
Paseo de la Estación, 27
Jaén (España)
De regreso a la capital francesa, estudiaría en la Academia Grande-Chaumiere de París, siendo sus profesores Lhote, Severini o Maurice Denis. En aquella etapa conoció a destacados miembros de la Escuela de París, como Celso Lagar, Francisco Bores o Manuel Ángeles Ortiz, y se unió a ellos practicando un estilo deudor del último Cubismo picassiano y del incipiente Surrealismo. Resonancias poéticas, simplicidad compositiva y empleo de materiales novedosos como serrín, arena o ceniza caracterizan la primera producción de Viñes. En la década de los treinta, se dejó influir por el colorido intimista de los paisajes y naturalezas muertas de Matisse y Bonnard, pero, finalizada la Segunda Guerra Mundial, optó por elaborar obras más densas y geométricas, en las que predominan los contrastes de luz y color. El próximo 29 de julio, el Museo de Jaén inaugura una muestra retrospectiva compuesta por 40 óleos de Hernando Viñes, representativos de sus distintas etapas. Algunos son piezas emblemáticas del artista, otros sólo se habían mostrado al público en vida de aquel, como Figuras oníricas (1927). El objetivo de esta exposición es subrayar la independencia y personalidad artística del parisino, cuya obra pocas veces ha sido analizada de forma individual. Hay que recordar que el museo jienense cuenta en su colección con diversas pinturas de Manuel Ángeles Ortiz, miembro junto a Viñes de la Escuela de París. Ambos colaboraron en la elaboración de la escenografía para el El retablo de Maese Pedro en la residencia de la princesa de Polignac, y esta muestra constituye una excelente oportunidad para el espectador de contemplar la obra de estos dos amigos y artistas de forma paralela.
Hernando Viñes
Hernando Viñes