Se trata de la mayor retrospectiva sobre el pintor celebrada hasta la fecha en Suecia
Del 21 de febrero al 25 de mayo de 2008 en el Nationalmuseum, Estocolmo Organiza: Nationalmuseum Comisario: Per Hedström Obras: 200 trabajos entre pinturas, pósters y dibujos
Las obras de Henri de Toulouse-Lautrec son sobradamente conocidas, incluso para aquellos que no son capaces de identificarlas con un autor pero que conservan en el recuerdo sus singulares carteles, ya que estos han sido infinitamente reproducidos como pósters y han servido a su vez como modelo para toda una corriente de merchandising.
NATIONALMUSEUM STOCKHOLM
Södra Blasieholmshamnen
Estocolmo
En ellos se transmite la esencia del París de finales del siglo XIX, así como de una de las imágenes que más se relaciona con el ambiente bohemio de la capital francesa: el mítico Moulin Rouge. Pero si su trabajo está íntimamente ligado a los lugares emblemáticos del barrio de Montmartre, su propia figura parece la de un personaje salido de un guión cinematográfico. Sobre su vida y su obra gira la exposición que se inaugura esta semana en la ciudad de Estocolmo, en la que una selección de 200 obras recorre lo mejor de la producción del artista francés.
Aunque procedía de una familia aristocrática, fueron los ambientes más sórdidos de la ciudad los que conquistaron a Toulouse-Lautrec cuando se trasladó a París para estudiar arte. En ellos encontró los motivos en los que inspirarse para sus pinturas, especialmente las prostitutas -de las que hacía todo tipo de bosquejos y dibujos en los que mostraba diferentes caras de una misma realidad-, y todo lo que rodeaba el Moulin Rouge, a cuyos clientes y escenarios se mantuvo pegado casi a diario durante varios años de la década de 1890. Esta exposición, la mayor realizada sobre el artista en Suecia en los últimos 40 años, refleja a través de óleos, dibujos y carteles esta fascinación por lo social y lo humano en su trabajo. La muestra dedica una atención especial a la importancia que sus diseños, caracterizados por el empleo de líneas bien definidas y colores planos, han tenido posteriormente para la industria de la publicidad, medio de expresión en el que se le puede considerar un pionero.
Desde las salas del Nationalmuseum uno podrá trasladarse al París de Henri de Toulouse-Lautrec, recorrer sus cafés, entrar en la conversación de los protagonistas de sus escenas, contemplar la melancolía de algunas de sus mujeres al colarnos en sus alcobas o disfrutar de la magia que transmite el mundo del cabaret a través de la mirada entusiasta y ,muchas veces, crítica de este malogrado creador, que acabó siendo preso de sus excesos.
Henri de Toulouse-Lautrec
Le sofa,1894-96
The Metropolitan Museum of Art, Nueva York
Henri de Toulouse-Lautrec
Henri de Toulouse-Lau
La Clownesse assise, mademoiselle Cha-u-Kao, 1896
Statens Museum for Kunst, Copenhague