El artista alemán muestra en la galería Heinrich Ehrhardt sus trabajos recientes
“Helmut Dorner”
GALERÍA HEINRICH EHRHARDT
c/ San Lorenzo, 11
28004 Madrid
Del 20 de mayo al 20 de julio de 2010
Lunes, de 16:00 a 20:00 horas
De martes a viernes, de 10:00 a 18:00 horas
Sábados, de 10:00 a 14:00 horas
Del 20 de mayo al 20 de julio, en la Galería Heinrich Ehrhardt de Madrid
La Galería Heinrich Ehrhardt acoge su cuarta muestra individual centrada en la producción de Helmut Dorner, exhibición en la que el creador de Baden muestra una selección de su última obra: pinturas que mantienen elementos característicos de su trabajo anterior (composiciones rítmicas realizadas en laca sobre metacrilato en las que distribuye derrames, manchas o gotas atendiendo a fórmulas abstractas), pero que presentan novedades significativas, como la introducción del uso del grafito o el empleo de técnicas como la fricción, el arañazo o el decollage.
Distintos tonos parecen desplegarse en sus pinturas, buscando cada uno su camino o compartiendo presencia de forma consciente. La acción del artista, su mano y su idea, se hacen más visibles en estos últimos trabajos de Dorner, aunque sin perder la espontaneidad de pinturas anteriores. Queda patente que ha cambiado el modo en que el artista se relaciona con su propia producción y también la distancia generada entre superficie y fondo y entre el espacio del espectador y el espacio de la pintura.
Las relaciones entre los movimientos resbaladizos de las manchas de pintura y las marcas fijadas por Dorner son menos azarosas y más exactas, por ello, el proceso natural de creación de sus obras no obedece ya a fórmulas autónomas, sino premeditadas en la mente del artista. Vaciando o recomponiendo superficies, arrancando parte de la pintura, arañando el metacrilato, incorporando surcos de grafito o vaciando y recomponiendo superficies, el alemán se apodera del devenir de sus obras, invirtiendo sus mecanismos de trabajo de anteriores ocasiones, aunque sin ahorrarse pasos ejecutorios, que más bien quedan multiplicados.
Todo ello queda patente en cada una de las piezas escogidas, que permiten al espectador comprobar cómo lo que ve es la huella de todo un proceso largo y arduo cuyo recuerdo queda latente. El equilibrio en el trabajo de Helmut Dorner entre conceptos antagónicos como lo etéreo y lo físico, lo sensorial y lo fenomenológico, lo opaco y lo luminoso nos remiten además a la influencia de los principios arquitectónicos manejados por Louis Kahn o Mies van der Rohe.
Dorner comenzó a ser reconocido en la escena artística alemana a mediados de la década de los ochenta gracias a piezas que se mueven entre lo pictórico y lo escultórico. Anteriormente, entre 1976 y 1982, había sido discípulo de Gerhard Richter en la Academia de Düsseldorf y desde 1990 ha impartido enseñanza en la Academia de artes plásticas de Karlsruhe.
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