Francisco Calvo Serraller
Una exposición imprescindible de las que ya difícilmente pueden verse y por la que hay que felicitar al comisario, tanto por el buen criterio en su concepción, como en su realización: por el atinado tema, la selección de obras, el montaje y el encuadre de las obras de Klimt con las de algunos de sus contemporáneos, Monet, Pizarro, Cézanne, y las fotografías testimoniales.
Österreichische Galerie Belvedere, Viena
Del 23 de octubre de 2002 al 23 de febrero de 2003
A través de la evolución de estos paisajes se percibe la maduración estilística del artista. Cómo de un suntuoso y límpido naturalismo inicial, tiende a un bizantino puntillismo a base de color. El refinado esteta y virtuoso técnico que fue Klimt, en su interpretación del paisaje, toma la naturaleza en estado puro para dialogar con ella, y con algunos de los más importantes paisajistas franceses del momento, preservando su estilo y lo que es más asombroso, transmitiendo esa exquisita y atormentada cultura del peculiar espíritu de la prodigiosa Viena de finales del XIX. Tanto es así que estos paisajes transmiten los ritmos y la sonoridad de un Mahler.Galería de fotos
Gustav Klimt
Farmhouse in Upper Austria, 1911
Gustav Klimt
Schloss Kammer on the Attersee I (Schloss on a Lake), 1908
Gustav Klimt
Attersee I, 1900