El mundo a la medida de Guillermo Martín Bermejo

Fernández-Braso presenta su primera muestra del artista

Madrid,

Tengo una pasión, rescato libros destrozados y humillados de los rastros y librerías de viejo. Los desarmo por completo y entresaco, como un cirujano del papel, las páginas que me sirven para dibujar. Así, a esos libros que ya nadie quiere, les doy una tercera vida (…) Me gustaba sentarme en la biblioteca del despacho de mi abuelo en Valladolid. Mirar y posar mis dedos sobre los libros que allí descansaban confortablemente. Más tarde descubrí que aquellos libros, aquel objeto, era el medio de transporte más eficaz para alejarme de la odiosa realidad. Y a la vez que iba leyendo, esas páginas me hacían dibujar rostros, figuras, trazos. No eran ilustraciones de lo que leía, era una visión personal de lo leído vívido. Y así, el libro y yo fuimos creando un vínculo inseparable.

El artista madrileño Guillermo Martín Bermejo se refería así a su relación con las páginas antiguas en 2019, cuando presentó en el Museo Lázaro Galdiano retratos a lápiz de dieciséis escritores que publicaron en La pléyade de la España Moderna; su última exposición en la capital puede visitarse ahora en la Galería Fernández-Braso, supone su estreno en esta sala y consta de trabajos, igualmente realizados a lápiz, sobre papeles con pasado. Bajo el título de “Música de cámara”, veremos piezas representativas de su amplísimo arco de intereses intelectuales y creativos, desde la citada literatura y la poesía hasta la ciencia o el misticismo.

Guillermo Martín Bermejo. El Malogrado, 2023
Guillermo Martín Bermejo. El Malogrado, 2023

En algunas de sus nuevas obras, encontraremos sus habituales adolescentes, de aspecto melancólico y representados en atmósferas ambiguas de aire naif que hacen alusión a mitos, fábulas y cuentos populares y que a veces se acompañan de referencias sexuales y emocionales, veladas. En el catálogo de esta exhibición, Óscar Alonso Molina los relaciona con los ensalzados por el poeta italiano Ardegno Soffici, porque, como a ellos, el fárrago de los acontecimientos les sobrevuela sin afectarlos ni envolverlos por completo. Intangibles, su contacto con la realidad les hace estar y no estar ahí: les visten las ropas, modas y gestos propios de un presente frente al cual la melancolía los parapeta, manteniéndolos al cabo en una zona indefinida donde la vida no se prodiga hasta el final.

En sus composiciones de hace dos décadas las figuras eran más niños que jóvenes, y se coloreaban, pero se hacía ya patente el gusto de Martín Bermejo por los formatos pequeños, la primacía del modelo respecto a su entorno, los rostros ensimismados y la transmisión de vulnerabilidad que comparten las obras más recientes ahora en Madrid, así como por un misterio que tenía que ver con su inocencia aparente y con su soledad. Fue aproximadamente en 2005 cuando su mirada a la infancia se diluyó y también desapareció el color, quedando imbuidos sus dibujos en el silencio, en un tiempo sin reloj. Un mundo de nostalgia en el que las gradaciones de blancos y negros y las sombras parecen señalar lo cerca que nos queda lo desconocido o lo inhóspito, y los matices y semitonos aportan su propia temperatura.

Guillermo Martín Bermejo. Lou y Rainer, primera visita a Duino, 2023
Guillermo Martín Bermejo. Lou y Rainer, primera visita a Duino, 2023

Desde hace cerca de una década, en su obra ha incorporado lo pasado y lo presente, lo místico y lo pagano, el retrato y el objeto; también el paisaje. Sus jóvenes continúan habitando en la melancolía, en algún lugar etéreo donde se siente pero no existe la mancha, comunicando sus gestos que es posible expresar sentimientos poderosos desde la contención o casi el hieratismo. El que encontramos en estos papeles es un mundo a medida del artista, que se manifiesta también a través de un lenguaje propio, fiel a sus personales inquietudes y que no se acerca a ninguna etiqueta.

En los últimos años, aunque no ha dejado de desenvolverse en pequeños formatos, lo ha hecho también en otros más largados y sus antes más frecuentes figuras individuales cuentan, en ocasiones, con compañías entre las que se entretejen lazos, miradas, a veces sin dar lugar a espacios libres, como si sus cabezas compusieran mosaicos y la perspectiva quedara anulada, o mezclándose incluso los retratados con animales, vegetación o arquitectura. El resultado tiene algo de ornamental, y de evocación de orlas, cenefas y abigarramientos pasados; sin embargo, en cada una de esas figuras sigue apuntando Martín Bermejo a lo pequeño, a lo literario y poético.

Guillermo Martín Bermejo. La Cruzada de los niños, 2023
Guillermo Martín Bermejo. La Cruzada de los niños, 2023
Guillermo Martín Bermejo. Reynaldo Hahn componiendo: Marcel pleure sur l´aubépine (canción para arpa y contratenor), 2023
Guillermo Martín Bermejo. Reynaldo Hahn componiendo: Marcel pleure sur l´aubépine (canción para arpa y contratenor), 2023

 

 

Guillermo Martín Bermejo. “Música de cámara”

GALERÍA FERNÁNDEZ-BRASO

c/ Villanueva, 30

Madrid

Del 27 de abril al 10 de junio de 2023

 

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