La Sean Kelly Gallery muestra tres instalaciones de estos artistas, divergentes en su estética y unidas en su temática
“Grasso, Grimonprez, Koh”
SEAN KELLY GALLERY
43 Mercer Street 10013
Nueva York
Del 11 de enero al 9 de febrero de 2013
Infinite Light, Looking for Alfred y One person at a time son las tres instalaciones de tres pesos pesados del arte actual, Laurent Grasso, Johan Grimonprez y Terence Koh que la Sean Kelly Gallery de Nueva York muestra simultáneamente hasta el 9 de febrero con objeto de explorar las conexiones temáticas entre las producciones de tres creadores con intereses muy distintos en lo formal. El cine, la relevancia de lo oculto y las posibilidades del manejo de la dualidad de significados han sido objetos de estudio en la obra de los tres artistas y se hacen presentes también en los tres trabajos que ahora presenta Sean Kelly.
Infinite Light, de Grasso, es una instalación a gran escala compuesta por letras de neón de hasta tres metros de altura en las que se repite la frase “day for night”. El color del neón propio de la pieza coincide en ella con una sombra de filtros azules utilizada en el cine para simular la noche cuando las escenas son filmadas durante el día, un efecto bautizado en francés como nuit américaine que contribuye a crear una realidad falsa y ambigua, tema examinado recurrentemente en la obra de Grasso. Esta pieza se realizó coincidiendo con la presentación en el MoMA de la muestra “Van Gogh at night”.
Por su parte, Looking for Alfred (2005) de Grimonprez, pieza que se presenta por primera vez en Estados Unidos, se sumerge en el mundo de los dobles y las falsas identidades a partir de la figura de Ron Burrage, el prestigioso doble de Hitchcock. La obra de Grimonprez alude a la idea de doppelgängers, a la presencia fugaz del cineasta en sus películas y a las dobleces de la personalidad de sus personajes, insistiendo en los femeninos.
Por último, One person at a time de Terence Koh consta de dos figuras de cera, semejantes a las habituales de la producción de Koh, una de ellas de pie y otra recostada en una tumbona. Conforman un doble autorretrato y hacen alusión a la idea freudiana del analizarse a uno mismo. Blancas y fantasmales, estas figuras se presentaron en otoño de 2012 como parte de una improvisada y efímera instalación con motivo de la clausura del hasta entonces taller de Koh, de ahí que supongan también una elegía del proceso creativo que el artista desarrollaba en aquel estudio y una reflexión sobre la pérdida y el anhelo.