Gonzalo Sicre y la convivencia de orden y caos

La Sala Parés muestra su obra reciente en Barcelona

Barcelona,

Traer a la memoria a Hopper suele ser habitual entre quienes se acercan las primeras veces a la pintura de Gonzalo Sicre, por la quietud propia de sus interiores y sus escenas rurales y urbanas y por conceder tanta relevancia a la representación de sus motivos concretos como a la de las atmósferas que los envuelven: esto es, a lo real y a lo metafísico. Los espacios que nos presenta, sean campestres o arquitectónicos, o los generados en torno a objetos, no parecen proponer al espectador ser habitados, sino solo contemplados desde la distancia, un efecto logrado en buena medida, como en el caso del pintor estadounidense, a través de una composición estudiada de luces frías y artificiales -que dan lugar a sombras que, igualmente, resultan ficticias- y de detalles que no se niegan, pero sí se sintetizan. Otra nota en común de este autor gaditano con el americano es su atención a la distribución geométrica de los lienzos.

En los trabajos de Sicre, sin embargo, es rara la presencia de figuras humanas, y cuando aparecen no suelen estar acompañadas, por lo que su soledad es completa y no se trata de soledades entre la gente. También otorga mayor importancia al dibujo y delimita los contornos de los objetos a través de vibraciones de color, suavizando sus aristas.

Ausentes o existentes los individuos, sin embargo, el protagonista de su producción es el suspense, su buena capacidad para la sugerencia de narratividad, para que el espectador imagine lo que acaba de escapar de sus escenas o todavía no ha llegado; logra que sus piezas comuniquen tanto por lo representado como por lo que queda fuera de plano y que, a falta de rostros, sean los espacios y sus mencionadas atmósferas los que adquieran identidad. La responsable es de nuevo, en buena medida, la luz, porque empleada de forma teatral es capaz de sugerir silencio o intimidad, y si se recrea la del amanecer o la del ocaso, esos efectos se acentúan, enfatizando entornos desde la contención o suscitando una sensación de extrañeza que muchos han convocado con mejor o peor fortuna.

Gonzalo Sicre. 43º 54'45.2''N 72º 07'55.3''W
Gonzalo Sicre. 43º 54’45.2”N 72º 07’55.3”W
Gonzalo Sicre. A-43º 43'39.4''N 72º 16'43.9''W
Gonzalo Sicre. A-43º 43’39.4”N 72º 16’43.9”W
Gonzalo Sicre. 43º 46'31.0''N 72º 17'03.0''W
Gonzalo Sicre. 43º 46’31.0”N 72º 17’03.0”W

Representante de una corriente que surgió a comienzos de los noventa y que fue calificada como figuración neometafísica española, de la que también formaron parte Ángel Mateo Charris o Ramón García Alcaraz, Sicre ha consolidado desde entonces un discurso basado en la afirmación de la figuración como opción pictórica legítima hoy, sustentando su obra, además, en referencias fílmicas y literarias fácilmente distinguibles.

Sus pinturas más recientes se sitúan en contextos paisajísticos: se trata, bien de exteriores de viviendas, caravanas o construcciones en el bosque; bien de naturalezas, puras o solo anecdóticamente acompañadas por figuras empequeñecidas frente a su entorno que desempeñan acciones relacionadas con él, como remar o pescar. Pueden contemplarse ahora en la Sala Parés de Barcelona, una de las galerías habituales de este autor, y componen la muestra “De rerum natura”: ponen de manifiesto que es en los espacios en los que el ecosistema alcanza mayor plenitud, en el que este no es domesticado, donde cualquier huella humana -por contraste y por leve que esa huella sea- se hace más patente y, en consecuencia, se evidencia ante el que contempla la confrontación entre el orden y el caos o, en palabras del artista, entre la geometría fractal (la que estudia objetos complejos de estructura irregular) y la euclídea (la relativa a los planos; también llamada clásica).

La fractal la asocia Sicre a la naturaleza (la geometría del caos y del orden con formas y secuencias que son localmente impredecibles, pero globalmente ordenadas); mientras que la euclídea la vincula a las construcciones humanas. Y la conjunción de ambas en estas obras quiere incidir en que el caos implica tanto la ausencia de forma como la del medio donde estas podrían generarse (posee estructuras con zonas de simetría que se mezclan con las de asimetría), mientras que la contemplación del orden nos permite atisbar lo que carece de él: Hace posible distinguir lo que es igual y lo que es diferente, lo que va junto y lo que está segregado. El orden se desintegra en caos y el caos constituye el orden.

En este punto es posible recordar al historiador Henry Adams, quien afirmó que los humanos soñamos con el orden y que la naturaleza ha hecho del caos su ley.

Gonzalo Sicre. 43º 40'56.1''N 72º 18'06.9''W
Gonzalo Sicre. 43º 40’56.1”N 72º 18’06.9”W
Gonzalo Sicre. 43º 38'39.1''N 72º 15'04.5''W
Gonzalo Sicre. 43º 38’39.1”N 72º 15’04.5”W

 

Gonzalo Sicre. “De rerum natura”

SALA PARÉS

c/ Petritxol, 5

Barcelona

Del 23 de febrero al 22 de abril de 2023

 

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