José Luis Gómez Perales. Composición
La Galería José de la Mano acoge una amplia individual del artista madrileño
Silencio, poemas, líneas y espacios son los protagonistas de la obra del artista madrileño José Luis Gómez Perales, a quien la Galería madrileña José de la Mano dedica hasta julio una completa muestra individual. Concebía el espacio como refugio y el número como medida y como esencia de las cosas, como orden, proporción y belleza.
Gómez Perales es autor de composiciones modulares y de construcciones en planos tocadas por colores que transmiten quietud. Sus collages en papel de los sesenta fueron su primer campo de experimentación para tratar de aludir al silencio en sus obras tal como intentaron lograr Malevich, Duchamp o Yves Klein y buscando crear en sus trabajos un universo sereno por contraposición al exterior.
Desde la introspección y esquivando la ortodoxia, buscando la nitidez de la recta que genere formas en el espacio y que permita expresar más con menos, Gómez Perales exaltó un cromatismo sobrio próximo a la penumbra y convirtió a dichas líneas en elementos capaces de hacer visible lo invisible. En palabras de Palazuelo, el artista traza las líneas -vuelve a soñar con aquellas energías-, que son la huella de aquel acorde. Es posible que la línea en tanto que grafismo humano no sea capaz de comprender totalmente la forma, pero la línea es una imagen arquetípica que describe el movimiento del punto (número-unidad), a través del espacio (…) según Jung, “el número es gráfico”, y tanto el número como las líneas estaban antes que el hombre y estarán después.
José Luis Gómez Perales. Construcción modulada, 1970
Obstinado con el ángulo recto y con la contención de medios, evocó a menudo a Mondrian y no sólo en sus pinturas: también en sus murales, su mobiliario y sus vidrieras para la iglesia de A Cruz do Incio en Lugo o el Seminario y el edificio de las Esclavas del Sagrado Corazón en Madrid.