Giovanni Anselmo en la cima de Strómboli

El Museo Guggenheim Bilbao examina su legado

Bilbao,

Falleció el pasado diciembre, pero antes Giovanni Anselmo tuvo tiempo de participar intensamente en la preparación de la muestra que, bajo el comisariado de Gloria Moure, le dedica desde este fin de semana el Museo Guggenheim Bilbao. “Más allá del horizonte” cuenta con cuarenta trabajos (dibujos, esculturas, fotografías, proyecciones y piezas site specific) que giran en torno a asuntos recurrentes en la producción del artista de Borgofranco d’Ivrea, como el tratamiento del tiempo y el espacio, las fuerzas gravitacionales y los campos magnéticos, que abordó en sus propuestas más vinculadas al arte povera pero también en el conjunto de su producción, al margen de etapas y etiquetas.

Su objetivo último, a lo largo de su carrera, fue hacer referencia a los lazos entre lo visible y lo que no lo es, entre las realidades rutinarias y las fuerzas físicas que las determinan; ese deseo se hizo más intenso desde que, en 1965, ascendió al volcán Strómboli y tomó allí conciencia de ser parte ínfima de un universo en continua transformación; era posible experimentar en ese lugar, según este autor, la disolución de la propia sombra en el infinito.

El recorrido de esta antología subraya las conexiones entre unas y otras piezas, y entre estas y el espacio donde se exhiben, y acentúa asimismo la diversidad de materiales y técnicas que empleó Anselmo especialmente tras aceptar su integración, por edad pero también por convicción, en una generación de artistas que, frente a los postulados deterministas o racionalistas anteriores, abogaron en los sesenta por la adopción de un humanismo nuevo que, a su vez, buscaba nuevas formas de expresión. Esas formas y técnicas habrían de reflejar lo aleatorio e inestable, abriéndose a la complejidad humana y universal, a lo indeterminado y a la interdependencia entre las especies.

Muchos de los creadores de ese momento, también Anselmo, trataron de comprender o medir el paisaje, e incluso de reconfigurarlo, sustituyendo la contemplación y reflexión en torno al mismo por una involucración que incluyera la experiencia: las obras de estos autores no eran autónomas respecto a su entorno, y es más relevante su vínculo profundo con él que su misma sustancia como trabajos independientes.

Giovanni Anselmo. Torsión (Torsione), 1968. Galleria Civica d’Arte Moderna e Contemporanea, Fondazione Guido ed Ettore De Fornaris, Turín
Giovanni Anselmo. Torsión (Torsione), 1968. Galleria Civica d’Arte Moderna e Contemporanea, Fondazione Guido ed Ettore De Fornaris, Turín
Giovanni Anselmo. Interferencia en la gravitación universal, 1969-2016. Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea, Rivoli-Torino, préstamo de la Fondazione per l’Arte Moderna e Contemporanea CRT
Giovanni Anselmo. Interferencia en la gravitación universal, 1969-2016. Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea, Rivoli-Torino, préstamo de la Fondazione per l’Arte Moderna e Contemporanea CRT

Estos planteamientos sustentan el conjunto de la trayectoria del italiano, que se inició como dibujante y pintor para, a partir de aquella experiencia volcánica de 1965, documentada en una fotografía que abre esta exposición bilbaína, comenzar a desafiar la estructura fija como base de las obras de arte. Un año después una de sus propuestas, también presente aquí, consistiría en una barra de hierro que podía mantenerse en pie pero se movía a la menor vibración, a diferencia de sus anteriores imágenes estáticas ajenas a la interacción de fuerzas externas. La energía convertida en acción formaba parte de las nuevas realidades de Anselmo.

A partir de este tipo de proyectos, de manera natural, se convirtió este autor en referente del citado arte povera cuando ese movimiento surgió al final de los sesenta; se encontraba Anselmo, no obstante, en los comienzos de su carrera y no deseaba vincularse a colectivos. Ese espíritu independiente lo mantendría en adelante, al igual que su interés por el impacto en lo cercano de las relaciones físicas básicas (la equivalencia entre energía y masa, la dificultad del equilibrio), a las que deseaba acercarse desde la sencillez y la poesía, utilizando materiales y objetos reales que subrayaran que las leyes invisibles explican lo visible y que lo más concreto forma parte de un cosmos infinito.

Podremos contemplar en el Guggenheim Sin título (Estructura que come), instalación de 1968 en el que la descomposición de una lechuga genera la caída de un bloque de granito, en una evidente manifestación de las formas de transformación de la energía natural y de la fuerza de la gravedad; o Trescientos millones de años (1969), obra realizada con antracita, una chapa y una lámpara con cuyo calor se quería invocar el tiempo en que ese fragmento petrificado tuvo vida.

Giovanni Anselmo. Dirección (Direzione), 1967–1968. Tate, Londres
Giovanni Anselmo. Dirección (Direzione), 1967–1968. Tate, Londres
Giovanni Anselmo. Sin título (El algodón empapado se arroja contra el cristal y ahí permanece), 1968. The Sonnabend Homem Collection. Préstamo a la Fundação de Serralves – Museu de Arte Contemporânea de Serralves, Oporto
Giovanni Anselmo. Sin título (El algodón empapado se arroja contra el cristal y ahí permanece), 1968. The Sonnabend Homem Collection. Préstamo a la Fundação de Serralves – Museu de Arte Contemporânea de Serralves, Oporto

Con la orientación se relaciona Dirección (1967-1968), bloque de granito en forma de triángulo que apunta al norte y contiene una brújula, y por tanto escultura duradera que a su vez alude a campos magnéticos; y con la fuerza de la gravedad, Sin título (1984–1991), con dos bloques de piedra sobre un lienzo, suspendido con cables de acero. Poetizó Anselmo con el lenguaje a través de proyecciones en diversos elementos arquitectónicos o en los cuerpos de los espectadores de palabras como visible, detalle o todo (los haces de luz solo adquieren sentido al reflejarse); en Entrar en la obra (1971), hizo hincapié en su afán por experimentar la obra de arte como lugar y El panorama con mano que lo indica (1984) también propone al público una reflexión en torno a su propio acto perceptivo.

Por último, podemos destacar Mentre verso oltremar il colore solleva la pietra (1995-2024), cuya actual presentación fue concebida específicamente para la galería del Guggenheim donde se exhibe y se ejecutó con piedra caliza de una cantera de Lastur.

Giovanni Anselmo. nvisible (Invisibile), 1971. Colección del artista, Turín
Giovanni Anselmo. Invisible (Invisibile), 1971. Colección del artista, Turín
Giovanni Anselmo. Panorama con mano que lo indica, 1982-1984. Colección CGAC, Santiago de Compostela
Giovanni Anselmo. Panorama con mano que lo indica, 1982-1984. Colección CGAC, Santiago de Compostela

 

 

“Giovanni Anselmo: Más allá del horizonte”

MUSEO GUGGENHEIM BILBAO

Avenida Abandoibarra, 2

Bilbao

Del 9 de febrero al 19 de mayo de 2024

 

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