Llamamos Furias a cuatro personajes de la mitología clásica: Ticio, Sísifo, Ixión y Tántalo, condenados que poblaban el Hades grecolatino. En el Renacimiento, estos personajes cobraron entidad como conjunto y su irrupción en la historia del arte se data a mediados del siglo XVI y debe mucho a María de Hungría, hermana de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, que encargó en 1548 a Tiziano cuatro grandes lienzos con estos personajes para su palacio en Binche, en Bélgica.
La elección de este tema se relacionaba con intereses políticos, pues las Furias simbolizaban a los príncipes alemanes que se habían rebelado contra Carlos V y a quienes éste venció en 1547. Las Furias disfrutaron de notable protagonismo en los 150 años posteriores. Desde finales del siglo XVI, en los Países Bajos y en Italia, se consideró un tema idóneo para ilustrar la dificultad máxima en el arte (dado que eran enormes figuras desnudas de poderosa musculatura en complicados escorzos) y para representar el dolor extremo.
El Museo del Prado abre el día 21 de enero una exposición que buscará mostrar el nacimiento, evolución y ocaso de este tema en el arte europeo entre 1550 y 1700 a través de una veintena de obras de artistas italianos, flamencos, holandeses y españoles, como Tiziano, Miguel Ángel, Cornelis van Haarlem, Rubens, Ribera, Salvator Rossa o Langhetti. Se distribuirán en torno a una copia del Laoconte, exemplum doloris por excelencia.
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