Vidas filmadas hoy: diez aproximaciones

17/04/2018

Ni narrar vidas ni filmarlas en menos de dos horas es oficio de cobardes, y quizá lo sea menos hoy, cuando Internet nos da la falsa sensación de conocer bien el pasado de tantos. Hemos elegido diez vidas llevadas al cine desde el 2000, a nuestro juicio, con solvencia. No alcanzan el trono de Ghandi o Espartaco, ni mucho menos el de la estratosférica Ciudadano Kane, pero… nadie dijo que unir pantallas y biografías fuera fácil.

EL PIANISTA

¿Sabíais que Adrien Brody no daba vida aquí a una víctima de la guerra al azar sino a Wladyslaw Szpilman, un compositor polaco que pudo sobrevivir al Holocausto y murió en el año 2000, dos antes de que se rodara esta película? Polanski se basó en sus memorias para recrear, fundamentalmente, cómo vivía con su familia en el gueto de Varsovia hasta que tuvo que huir de él y asistir a su destrucción como al fin, real, de una era. Puede que sea una de las películas más hermosas rodadas a partir del espanto y resulta inolvidable la secuencia de Brody tocando a petición de un soldado alemán.

 

 

CAPOTE

El narcisismo y la personalidad compleja de este escritor dan para bastantes películas, casi tantas como las que nacieron de sus novelas, pero lo muy especial de esta es que parece que Philip Seymour Hoffmann nació para interpretarlo y para transmitirnos sus procedimientos geniales y dudosos a la hora de escribir A sangre fría. Nada en este ser excéntrico nos es ajeno cuando Hoffmann le pone cara.

 

Capote

 

CINDERELLA MAN: EL HOMBRE QUE NO SE DEJÓ TUMBAR

Russell Crowe tiene mucho talento encarnando a personajes sufridos contra las cuerdas; aquí se trataba del exboxeador James J. Braddock, que se ve obligado a volver a pelear por necesidades económicas y que no consiguió el éxito gracias a su talento, sino a su esfuerzo. La empatía resulta fácil, y esta es una película emotiva, pero la historia y la interpretación de Crowe son lo bastante contundentes como para recordarla con placer al margen del juego sentimental.

LA VIDA EN ROSA

Aún recordamos a la Edith Piaf niña que retrataba Olivier Dahan cantando La Marsellesa a los transeúntes para lograr unas monedas, pero esos inicios conmovedores de La vida en rosa no perdían fuelle a lo largo de la trama, en la que Marion Cotillard encarnó casi con desgarro los esfuerzos de la cantante no solo por triunfar, sino también, y sobre todo, por ser amada. El conjunto resultaba algo aparatoso y había algunos excesos sentimentales, pero… la interpretación de la actriz y la voz de Piaf merecen revisar esta película.

 

 

LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA

Esta película que Julian Schnabel dirigió en 2007 no es exactamente un biopic, porque se centra en un periodo muy concreto en la vida de su protagonista, pero recrea con bastante fortuna la novela del mismo título de Jean Dominique Bauby, que fue redactor jefe de la revista Elle y vio su cuerpo por completo paralizado y su vida transformada tras un accidente de tráfico. No se centra tanto en la mera desgracia como en las sensaciones del protagonista ante sus actos cotidianos y su familia, ante las reacciones ajenas. Perturba, aunque transmita amor a la vida.

 

La escafandra y la mariposa

 

MI NOMBRE ES HARVEY MILK

Es verdad que los mimbres de esta película de Gus van Sant son convencionales y que destila cierto aire hagiográfico, pero… con todo, la mezcla bien hilada de ficción y documento y la interpretación sobresaliente de Sean Penn dan bastante calidad al filme dedicado al que fue el primer político estadounidense en declarar abiertamente su homosexualidad. Como curiosidad: Jeff Koons estaba en el reparto.

 

Mi nombre es Harvey Milk

 

EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS

Después de La isla mínima, de Alberto Rodríguez no podíamos esperar decepciones, pero tampoco creíamos que viraría el rumbo hasta el punto de seguir los pasos de Paesa en pleno escándalo Roldán, armando una trama que atrapaba y que nos trasladaba a los primeros años noventa con gusto y convicción. Se llevó menos premios de los merecidos y Eduard Fernández puede que clavara su mejor papel.

 

 

I´M NOT THERE

Aproximarse a la vida y la personalidad del esquivo Bob Dylan no es fácil, por eso quizá Todd Haynes eligió hacerlo de forma muy personal, difícilmente discutible por original. Tanto que a él le pone cara Cate Blanchett y no pasa nada: el rostro de Dylan nunca ha sido el mismo en cada momento ni en cada lugar y también puede ser femenino. Es una película experimental y ambigua y mucho más fácil para los seguidores del cantante que para los profanos… aún así, tiene mucho de milagro.

 

I ´m not there

 

MR. TURNER

Aunque los clichés que casi todo biopic maneja nos disgustan un poco más cuando hablamos de artistas convertidos en clásicos, hay que reconocer que a esta película dirigida por Mike Leigh y a la interpretación de Timothy Spall no se les pueden poner demasiados peros. Destaca, además del rigor histórico, la fotografía, que bebe de la propia pintura de Turner.

 

 

YO, TONYA

Ha sido una de las películas que más gratamente nos ha sorprendido últimamente porque no esperábamos tal despliegue de humor inteligente y de mala leche bien tratada al contarnos la historia vital de una patinadora más recordada por el hecho puntual y gravísimo de una agresión a una rival que por sus conquistas en el hielo, especialmente valiosas teniendo en cuenta los continuos reveses que a Tonya Harding le dio la vida. Aún puede verse en algunos cines, así que si la tenéis pendiente os sugerimos no perdérosla.

 

 

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