Es muy posible que en los últimos años hayamos hablado menos de canon, salas de cine y del mismo ejercicio de la cinefilia que de dónde se encuentra ahora mismo el séptimo arte y sus espectadores: si en esas grandes pantallas o, ya de forma mayoritaria, en las plataformas, los smartphones y las redes sociales.
Para reflexionar sobre el creciente número de estímulos visuales al que estamos sometidos, sobre la volatilidad del medio y su presencia en todo tipo de pantallas, la Cineteca madrileña presenta el próximo abril el ciclo Una peli que está muy bien, que se compone de conferencias, encuentros y proyecciones que nos llaman a reflexionar sobre dónde va el cine cuando no discurre por los caminos donde se le espera.
Desde el próximo 1 de abril, pasarán por Matadero los filmes Rose Hobart (Joseph Cornell) y Phoenix Tapes (Christoph Girardet y Matthias Müller), separados por seis décadas pero aptos para ahondar en las relaciones entre imagen, objeto y espectadores; la tan aclamada como odiada The Disaster Artist de James Franco, sobre la historia real de la producción de la película The Room o la experimental Número dos de Godard y Anne Marie Mielville, que nos acerca, con dos imágenes en pantalla, a la vida de una joven familia en una urbanización de viviendas sociales en Francia.
La intrahistoria de un filme también centra The Last Movie de Dennis Hopper, sobre los peligros de llevar la acción fuera del rodaje, e Irma Vep, de Assayas, nos cuenta la historia de un cineasta galo que desea recuperar el serial Les Vampires de Feuillade y, al no encontrar actriz adecuada para interpretar a Vep, recurre a Maggie Cheung, una actriz asiática que no sabe… francés.
Goodbye Dragon Inn, de Tsai Ming-Liang, nos traslada a la última proyección de un viejo cine chino; Rebobine por favor, de Michael Gondry, presenta a un joven deseoso de sabotear una plataforma de electricidad a la que achaca sus dolores de cabeza (destruyendo, en el camino, las películas de la tienda de un amigo) y I had nowhere to go, uno de los últimos filmes de Douglas Gordon, nos habla, con imágenes escasas, de refugiados, de desarraigo y del periplo vital de Jonas Mekas.
Una peli que está muy bien se cierra con cuatro obras breves de Martin Arnold (Pièce Touchée, Passage à l´acte, Alone. Life wastes Andy Hardy y Gross anatomies), en las que se valió de recursos del cine clásico para poner en cuestión sus cimientos formales e ideológicos, transformando, de cara al espectador, lo familiar en extraño.
No será la única propuesta interesante de la Cineteca en el mes que mañana comenzamos. Se estrenará allí Dardara, de Marina Lameiro: la crónica de la despedida del grupo de rock navarro Berri Txarrak en 2019; Siberia, de Abel Ferrara, el retrato de un paisaje mental propenso a la locura, o Nación, de Margarita Ledo, relato cercano a lo lírico de la lucha de las mujeres de la fábrica de cerámica de A Pontesa.
También podremos ver Vaca mugiendo entre ruinas, último trabajo de Ramón Lluís Bande; La última primavera de Isabel Lamberti, obra ganadora del Premio Nuevos Directores del último Festival de San Sebastián o Un efecto óptico de Juan Cavestany, así como el reestreno en versión restaurada de Charulata, película de Satyajit Ray inspirada en un relato de Rabindranath Tagore ambientado a finales del siglo XIX, cuando la India era aún una colonia británica.
Además se recuperará, cinco meses después de su estreno, El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco.
En colaboración con la Filmoteca Española y con el Festival Punto de Vista, este espacio acogerá parte del programa Amos en el país de las maravillas, un homenaje a la figura de Vogel, crítico y programador esencial en la historia del cine contemporáneo. Los programas A New Home, In Love and War y Secrets and Revelations. A Musical nos permitirán profundizar en algunos aspectos de su figura y de su legado.
Por su parte, el ciclo anual Todas las imágenes. Un itinerario por el cine occidental, que corre a cargo de José Luis Guerin, presentará Flâneries, una nueva sesión sobre el movimiento, el paseo y el cambio. Se proyectará La boulangère de Monceau, primera entrega de los cuentos morales de Rohmer, y Une simple histoire, primer largometraje de Marcel Hanoun. Ambos filmes nos llevarán a los alrededores de la Nouvelle Vague, al momento en que Rohmer y Hanoun exploraban un cine en transformación, con cámaras que salían a la calle y a la vida.
Los jóvenes programadores de Cinezeta también continúan trabajando: nos proponen una nueva temática a abordar en la programación de abril, la del espacio digital en relación con la ficción y la misma vida cotidiana. De la mano de Daniel V. Guisado, Álvaro L. Pajares y Samantha Hudson, quieren que repensemos nuestros modos de crear y de ver.
Y atentos los amantes del cine nipón: por Cineteca pasarán cuatro películas que reflejan cómo se relaciona con su propia historia, política y cinematográfica: Sea of Revival (Nagi machi), de Kazuya Shiraishi; And Your Bird Can Sing (Kimi no tori wa utaeru), de Shô Miyake; They Say Nothing Stays the Same (Aru Sendo No Hanashi), de Jô Odagiri y Another World (Hansekai), de Junji Sakamoto.