Desde hoy y hasta el 30 de junio, las calles y monumentos de Zaragoza vuelven a acoger propuestas de danza contemporánea a cargo de compañías nacionales e internacionales: regresa el Festival Trayectos, que cumple 21 ediciones. Serán dieciocho piezas las interpretadas y, como novedad, se unen por primera vez a los escenarios de esta cita el palacio de la Aljafería, el patio de la residencia Xior Pontoneros y la Filmoteca. Además de invitarnos a estos espectáculos de acceso libre para todos los públicos, incluyendo algún estreno, Trayectos se acompaña de un ciclo formativo y de colaboraciones con entidades sociales de la capital aragonesa; el propósito del Festival, según ha recalcado su directora, Nati Buil, es presentar obras de calidad artística para que dialoguen con la ciudad y conecten con el público; en último término, ofrecer belleza.
En una muestra de cercanía con la escena local, la colaboración de esta iniciativa con el Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza ha derivado en la inclusión en el programa de cuatro piezas de estudiantes de la especialidad de contemporáneo; con su difusión se espera contribuir a la formación y profesionalización del alumnado.
El nombre del Festival tiene que ver con su objetivo inicial de trazar un mapa diverso de puntos patrimoniales, junto a otros más urbanos o contemporáneos, y darles vida al convertirlos en escenario de danza por un día. Repite como sede de Trayectos el patio del claustro del edificio Paraninfo, el único declarado Bien de Interés Cultural entre las construcciones universitarias, diseñado por el arquitecto Ricardo Magdalena en 1893; y los bailarines recalarán, asimismo, en el Museo de Zaragoza, la Plaza San Bruno, el Museo Pablo Gargallo, el Palacio de Montemuzo y el patio del Antiguo Cuartel de Convalecientes o de Sangenis, muestra de la arquitectura militar de estética neoclásica. En la Aljafería, que como decimos se incorpora por vez primera como sede, se presentará un libro que recoge las dos décadas de andadura del evento, El rastro de la danza tras de sí, y en el acto participará la compañía Tu Huang Dance Company, llegada de Holanda y muy premiada internacionalmente.
El resto de grupos en Trayectos proceden de Aragón, País Vasco, Cataluña, Navarra, Extremadura, Canarias o Andalucía, así como de Vietnam, Grecia, México, Portugal y Nicaragua.
Hoy ha comenzado la programación en la Filmoteca, con una selección de cortometrajes de cinedanza y la presentación de los frutos de un taller de coreocinema, y el Paraninfo de la Universidad cobija varias actuaciones: Álvaro Murillo, que está realizando una tesis doctoral sobre los efectos físicos y cerebrales de la danza y la creatividad en personas con dolor crónico, ofrecerá su pieza 8 KM en mula, en la que el movimiento del cuerpo alcanza para contar una historia de amor maldito inspirada en el hecho real ocurrido en 1928 que sirvió como inspiración a Bodas de sangre.
Después llegará Drauma, que explora las cuatro respuestas posibles al trauma: luchar, huir, congelarse y adular, a modo de un viaje emocional a través de los recuerdos vivenciales de dos personajes. Lo desarrollan Paula Espinosa, quien ha formado parte de numerosas compañías mexicanas y ha sido docente en países como Suecia, Portugal, Estados Unidos, México y Canadá, y Mariana Oliveira, intérprete, asistente coreográfica y docente portuguesa.
Como práctica artística a cargo del conservatorio municipal profesional de danza (especialidad de contemporáneo), actuará Verónica Pérez, en una pieza en la que, fusionando estilos, asocia agua y movimiento.
Mañana, 28 de junio a las 21:00 horas, en el Patio de la Residencia Xior abrirá la actividad Johann Pérez, bailarín, coreógrafo y realizador audiovisual, miembro de la compañía LaCerda. Nos trae la obra Obsequio, en la que reflexiona sobre el acto de mostrarse, el deseo de ser vistos y la vulnerabilidad como condición a celebrar. Lo seguirá el creador canario especializado en danza y audiovisuales Richard Mascherin, que presentará Vacío espiritual, un trabajo sobre los lazos entre cuerpo y objetos y entre intimidad y exposición.
Los coreógrafos y bailarines griegos Danae & Dionysios, por su parte, traen a Zaragoza Fárisa, una pieza basada en la necesidad de conexión y contacto de dos personajes que permanecen continuamente en estrecha intimidad.
El sábado 29 de junio, y de nuevo en el Patio de la Residencia Xior, a partir de las 20:00 horas, podremos acudir a otra práctica del Conservatorio Municipal Profesional de Danza: actuará la compañía I Punto Danza, compuesta por Luna García y Ana Belén Casanova, que ejecutarán Aguas efímeras, sobre la experiencia de vivir en una sociedad líquida, marcada por la transformación y la incertidumbre. Les seguirá Riart, un colectivo fundado en Pamplona que aúna danzas urbanas, contemporáneas y el parkour y que trabaja en proyectos sociales y culturales en Navarra. Su obra, Dérive, presenta a dos individuos que buscan cómo salir de las ataduras sociales.
A continuación, otra práctica artística del Conservatorio, con Alba Olmedo y Raquel Marín, llegará con Embolada, que trata sobre las relaciones tóxicas y su vivencia desde dentro y desde fuera; y Laura López Muñoz y Pablo Pérez Alonso harán converger la danza contemporánea con la tradición y el folclore en Bailaban las perolas. También actuará Compañía X, fundada en 2018 entre España y Latinoamérica; desplegarán Iocari, una pieza para calle y espacios no convencionales.
Por último, el domingo, 30 de junio, tendrá lugar en la Aljafería, a las 11:30 horas, la presentación mencionada del volumen El rastro de la danza tras de sí y Elisa Montañés interpretará El corazón del agua, una pieza coreografiada y bailada por ella misma y que representa la fuerza y la fragilidad de ese elemento. Además, la compañía Peace of Mind, especializada en danzas urbanas, ofrecerá Kalopsia, una obra sobre las idealizaciones, y Ana F. Melero llevará al escenario Latente, una creación en torno a contrastes y extremos, lo controlado y lo que se descontrola.
PARA MÁS INFORMACIÓN:
www.danzatrayectos.com